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Revista Digital de la Unidad Académica de Docencia Superior,
Universidad Autónoma de Zacatecas, ISSN: 2594-0449.

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Publicaciones

Fernando Martínez Heredia y Cinco Problemas Teóricos para Investigar la Revolución Cubana por José Mario Viamonte

Julio-diciembre 2020, número 23.
Autora: Teresa Chávez. Título: Serie de veinte. Técnica: Temple sobre papel. Medidas: 0.30 X 0.30. Año: 2019.

Viamonte, José Mario. (2020). Fernando Martínez Heredia y Cinco Problemas Teóricos para Investigar la Revolución Cubana. Revista digital FILHA. Julio-diciembre. Número 23. Pp. 1-13. Publicación semestral. Zacatecas, México: Universidad Autónoma de Zacatecas. Disponible en: www.filha.com.mx. ISSN: 2594-0449. 

Handle: http://ricaxcan.uaz.edu.mx/jspui/handle/20.500.11845/2060

Lic. José Mario Viamonte Piña. Cubano. Profesor Instructor de la Universidad de Granma. Co-coordinador de la Red de Investigadores sobre Juventud en la provincia Granma. Contacto: jviamontep@udg.co.cu. ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-1951-0150

FERNANDO MARTÍNEZ HEREDIA Y CINCO PROBLEMAS TEÓRICOS PARA INVESTIGAR LA REVOLUCIÓN CUBANA

Fernando Martínez Heredia and Five Theoretical Problems to Investigate the Cuban Revolution

Resumen: En marzo de 2018 el sitio web alternativo de tendencia socialista “La Tizza”, publicaba ¿Cómo investigar la Revolución cubana? un texto revelador para los investigadores de la Revolución Cubana. Una conferencia realizaba en junio de 2016 por Fernando Martínez Heredia. Impartida para el Grupo de Estudios sobre la Revolución Cubana, de la Cátedra "Antonio Gramsci" del Instituto Cubano Investigaciones Culturales "Juan Marinello". El filósofo cubano señaló cincos problemas frecuentes para investigar la Revolución Cubana: 1.-Confundir el apoyo a la Revolución con el Defensismo. 2- Ocultamiento o no acceso a muchas informaciones relevantes. 3-Existencia de lugares comunes, falsedades y cuestiones circunstanciales. 4- Diferencias entre los estudios especializados, los testimonios y la enseñanza de la Revolución Cubana. 5.- Cómo manejar a las pasiones propias y la búsqueda del conocimiento. Por su importancia y valor metodológico, el texto mencionado merece un análisis extenso y crítico. La novedad investigativa es la de acercarse desde el ángulo reflexivo e integrador para articular, polemizar y analizar la realidad de las investigaciones en torno a la Revolución Cubana. La actualidad e importancia del tema en medio de los desafíos económicos, políticos y culturales, el artículo sirve para comprender las dificultades, fortalezas y posibilidades que significa construir el Socialismo en Cuba. Su objetivo es valorar las problemáticas de las investigaciones sobre las Revolución Cubana.

Palabras clave: Revolución Cubana, Fernando Martínez Heredia, Cuba.

Abstract: In March 2018, the alternative socialist website “La Tizza” published How to Investigate the Cuban Revolution? a revealing text for researchers of the Cuban Revolution. A conference was held in June 2016 by Fernando Martínez Heredia. A lecture for the Group of Studies on the Cuban Revolution, of the "Antonio Gramsci" Chair of the Cuban Institute for Cultural Research "Juan Marinello". The Cuban philosopher pointed out five frequent problems to investigate the Cuban Revolution: 1.-Confuse support for the Revolution with Defensism. 2- Concealment or not access to many relevant information. 3-Existence of common places, falsehoods and circumstantial issues. 4- Differences between specialized studies, testimonies and teaching of the Cuban Revolution. 5.- How to manage your own passions and the search for knowledge. Due to its importance and methodological value, the mentioned text deserves an extensive and critical analysis. The investigative novelty is to approach from the reflective and integrating angle to articulate, polemicize and analyze the reality of the investigations around the Cuban Revolution. The topicality and importance of the subject in the midst of economic, political and cultural challenges, the article serves to understand the difficulties, strengths and possibilities that it means to build Socialism in Cuba. The objective of this paper is to assess the problems of research on the Cuban Revolution.

Keywords: Cuban Revolution, Fernando Martínez Heredia, Cuba.

 

Introducción

Fernando Martínez Heredia (1939-2017) fue unos de los intelectuales e ideólogos revolucionarios más importantes y radicales en Cuba desde 1968. Impartida la conferencia con un lenguaje sencillo y coloquial, esencialmente entre y para jóvenes, a un año antes de su muerte, resulta paradigmático por su profundidad y por la expresa voluntad de Fernando Martínez que los jóvenes investiguen y desarrollen la Revolución Cubana. Este texto se puede considerar como unos de sus "testamentos teóricos". Este documento deberían leerlo y debatirlo muchos actores sociales, aunque está dirigido a los investigadores de las ciencias sociales, es cardinal para las personas involucradas en la política cubana y todas las interesadas en comprender nuestro proceso.

Más que un tratado o un manual ideológico ¿Cómo investigar la Revolución cubana? nos presenta la visión y análisis basado en el pensamiento y praxis revolucionaria del investigador, lo sintetiza en cinco problemas y seis necesidades para las investigaciones de la Revolución. En el caso de este texto, su propósito es valorar y contextualizar las problemáticas de la realidad cubana enmarcada esencialmente para jóvenes investigadores y su importancia para el desarrollo de la propia Revolución.

Unos de los debates que existen en las Ciencias Sociales en Cuba es si existe o no una historia social en Cuba y qué calidad tiene ésta después del año 1959. Por supuesto, en Cuba existen investigadores e investigaciones sobre historia social. Sin embargo, son las menos exploradas y entre las más complicadas. Entre los investigadores que han desarrollado las investigaciones de la revolución y sus maneras de investigarla resaltan desde las perspectivas de la politología, filosofía e historia Talía Fung Riverón, Pablo Guadarrama, Aurelio Sánchez, Pedro Pablo Rodríguez, Natascha Gómez, Gilberto Valdez, María del Pilar Castañón, Rolando Rodríguez y Yuleidys González Estrada.

La tendencia de yuxtaponer la historia épica y política ha dejado “zonas despobladas”. En las últimas décadas, los hechos que han marcado pauta en la isla son de carácter social. Ha surgido el interés por las investigaciones sociales en varios periodos. Pero ¿qué sucede con la historia inmediata? Esta hipótesis dirige a Fernando Martínez Heredia a enunciar la conflictiva relación del pasado con el presente que se asume al intentar de estudiar el proceso. Es muy cierto, en el discurso cubano, la revolución se estudia mayoritariamente en presente, aunque siempre hay un punto de ruptura antes del 59 o después del 59. Hay un hecho obvio, ya existen procesos de nuestro pretérito inmediato que no son suficientemente investigados o sistematizados. En los últimos años ha vuelto el interés por las investigaciones de la Revolución, con mayor tendencia sobre los años sesenta. Estudiar sus temas, logros, contradicciones, conflictos, son aspectos importantes para comprender la historia de la asimilación y apropiación de un nuevo orden económico y cultural en el devenir nacional. ¿Qué sucede con la historia inmediata? Existen ya libros e investigaciones de temas como el regreso de los cincos héroes, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas Cuba-USA o la muerte de nuestro Fidel, que dan la impresión de ser parte de nuestro presente, pero en realidad ya se integran a nuestro pasado.

Los problemas enunciados por Martínez Heredia en realidad no obedecen a un orden jerárquico. Han sido identificados desde la intensa vida y dificultades que la praxis revolucionaria le impuso al autor. Están interrelacionados y actúan desde una perspectiva dialéctica unos con otros. 

 

Los cinco problemas teóricos

El primer problema es "confundir el apoyo a la Revolución con el Defensismo" (Heredia, 2018): 

 

Si lo confundimos con el defensismo entonces no aceptamos ningún conflicto, no aceptamos hechos que sean discordantes, ni siquiera hechos que sean molestos, no aceptamos errores, no aceptamos derrotas. Es decir, son muchas cosas que no aceptamos por defensismo. Pero puede creerse que no aceptamos porque apoyamos (Heredia, 2018, s.p.).

 

Este inconveniente o problema teórico es difícil de comprender, la cultura política de nuestro país en plena efervescencia revolucionaria moldeó por varios años como una de las principales cualidades del sujeto revolucionario apoyar “incondicionalmente” a la Revolución. La interpretación fue que la principal motivación para lograr el triunfo y el desarrollo de la Revolución era inmolar en el altar de la unidad las diferencias políticas e ideológicas. En la búsqueda de la unidad, este factor fue importante, pero excluyó muchos términos y fenómenos polémicos para defender al propio proyecto. La postura de evadir los conflictos se aleja de la visión dialéctica del desarrollo social concebido por el propio Carlos Marx. Si son las contradicciones las que generan a la sociedad, cómo se puede entender a la hora de construir relatos históricos que hayan sido lineales y perfectos:

 

Este año, cuando se hizo una historia -sintetizada en Granma- para el séptimo Congreso del Partido, era como un violín maravilloso, así, no pasó nada. No dijo mentira, pero ahí no está. Por ahí ya no hay que estar insistiendo demasiado porque se ve un caso de defensismo que perjudica (Heredia, 2018, s.p.).

 

Unos de los principales hechos en la historia de las ciencias sociales cubanas, para comprender la diferencia entre apoyo y el defensismo lo protagonizó el propio Fernando Martínez Heredia y un grupo de jóvenes en los años setenta, con la Revista Pensamiento Crítico. Resaltó por su pluridiversidad de criterios y sus puntos críticos en la difusión de teorías no marxistas y burguesas (Heredia, 2013). Pensamiento Crítico se destacó por publicar un gran número de textos teóricos con la intención de cubrir los campos de pensamiento y ciencias sociales desde una concepción heterodoxamente marxista para satisfacer la necesidad histórica de su contexto. La postura de dicha revista en cuanto a la ideología revolucionaria y la posición que debe asumir un intelectual que apoye la Revolución Cubana la podemos encontrar en las siguientes líneas:

 

La cuestión de importancia crucial para entender el orden de relación que se establecen en el poder político y los intelectuales militantes de ese propio poder político. Una de las ventajas de la revista fue la de deberse a la Revolución, pero sin convertirse en una oficina determinada de una instancia específica. Eso le daba la posibilidad de expresarse como revolucionaria, pero sin otra sujeción que la del compromiso libre y abiertamente asumido por la Revolución.  Opino, hasta hoy, que sin esa condición el pensamiento revolucionario no logra aportar, y no puede satisfacer, por tanto, la necesidad inexorable de pensamiento que tiene la política revolucionaria (Guanche, 2009, s.p.). 

 

Sin embargo, la cruda situación económica surgida después del fracaso de la Zafra de los Diez Millones, llevó en un desplazamiento forzado a estrechar vínculos con la Unión Soviética. En medio de unos de los mayores contrapunteos marxistas, las posturas de estas revistas no fueron bien recibidas por los defensores de la versión del marxismo soviético que promulgaban una doctrina al mayor estilo del defensismo y del proceso. A finales de 1971 se desintegra el Departamento de Filosofía de la Universidad de la Habana y se cierra la Revista Pensamiento Crítico y la disolución de su núcleo partidista por decisión del Buró Político del Partido Comunista de Cuba. El alegato es precisamente que “ese marxismo no es el que necesita la Revolución” (Heredia, 2011).

Esta decisión inicia un ciclo pernicioso de asimilación acrítica de la doctrina soviética donde reconocer los avances, autores y teorías de las corrientes filosóficas burguesas y las llamadas revisionistas era igual a enfrentarse a un juicio por acto de traición ideológica.

En la actualidad, es natural encontrarse en Cuba con discursos que reclamen investigaciones comprometidas, pero en la práctica científica hay experiencias específicas demostrando la persistencia de una tendencia de evitar las contradicciones y de no clarificar la necesidad de investigar los fenómenos desde aristas polémicas para darle respuesta. El defensismo a ultranza es una tendencia perjudicial no solo para las investigaciones de las Revolución Cubana, deslegitima el propio proceso al mutilar la capacidad crítica y autocrítica de la misma para solucionar sus problemas.  

 

Segundo problema: “Ocultamiento o no acceso a muchas informaciones relevantes” (Heredia, 2018). Todo autor o autora comprende que es un gran reto y desafío hacer un levantamiento bibliográfico o testimonial sobre determinado tema. En estos momentos, la etapa menos investigada en la historiografía cubana es la Revolución. No se encuentra apenas con investigaciones sobre determinado asunto y a las existentes ya la realidad las ha superado. En la actualidad, se intenta sistematizar y aglutinar las investigaciones de la Revolución en el poder, pero sigue siendo un tema sin superar.

El problema del ocultamiento de fuente de investigación atraviesa a veces criterios de autoridad, ciertos prejuicios que tal o más cual información puede perjudicar el prestigio del proceso o ser usada de manera nociva por la opinión pública y hacerle el “juego al enemigo político.” Este problema se relaciona estrechamente con el primero.

En la actualidad una de las principales dificultades que tiene el estudio de las guerras de liberación nacional es el acceso a fuentes historiográficas. Po ejemplo, de los diversos frentes guerrilleros, el Segundo Frente Frank País es el que agrupa diversas investigaciones historiográficas, museológicas y de conservación. Sin embargo, el Primer Frente Guerrillero José Martí, primer foco del ejército rebelde y donde se desarrolló principalmente la llamada lucha por la liberación nacional, no se encuentra sistematizado ni organizado, no existen las suficientes investigaciones sobre sus acciones y también se encuentran muchos sitios en malas condiciones de conservación, como el campamento guerrillero de Pata de la Mesa, donde el Che estableció su comandancia. [i] A la hora de investigar este frente guerrillero encontramos que las principales investigaciones y fuentes documentales, pertenecen a la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado en la ciudad de la Habana y esta oficina exige ciertos protocolos de autorización que limitan la investigación. Muchos de los investigadores e investigadoras motivados a estudiar los procesos de la etapa insurreccional, viven en el Oriente del País y tienen que trasladarse continuamente a la Capital, en un país con déficit en la trasportación publica, aunque parezca paradójico, estas sencillas cuestiones limitan que hoy la historiografía cubana rinda homenaje y estudio pleno a las luchas guerrilleras. 

En el caso de los estudios sociales, el tema de ocultamiento de información es una barrera epistémica. La inexistencia de un marco jurídico general de transparencia y verificación de informaciones públicas se convierte en una atalaya. La rigidez de los protocolos de autorización para solicitar información a ciertos temas en determinados ministerios, instituciones y organizaciones lastran las investigaciones sobre determinados problemas como la emigración, la prostitución, la pobreza, la corrupción, etc. Tal vez alguien cuestione qué aportan estos temas a la Revolución Cubana, pero son cardinales para comprender su existencia precisamente en sus zonas más polémicas encontramos sus principales riesgos. Por décadas han existido recelos sobre este tipo de investigaciones. Predominan dos criterios: sirven de armas para el enemigo; segundo: considerarlos no importantes.

 

Tercer problema: “Hay lugares comunes, hay falsedades y hay cuestiones circunstanciales. Son tres cosas diferentes. El lugar común, lo circunstancial o la falsedad que se dan como axiomas” (Heredia, 2018). Este problema es intrínseco con los demás, obedece a la insistencia de ciertos métodos investigativos-pedagógicos de construir relatos homogéneos. Popularizar e institucionalizar un axioma es realmente negativo. La Revolución Cubana desterró varios axiomas y creo otros.

Ejemplifico con dos prejuicios históricos: En el periodo de la República (1902-1958) era común en la mayoría de las personas encontrar un sentimiento de gratitud superlativo a los Gobiernos de Estados Unidos por darle la Libertad a Cuba. Esto se logró maximizando el papel de los norteamericanos en detraimiento de nuestros propios soldados mambises. Se convirtió en un axioma: “Los Estados Unidos eran los principales benefactores de nuestra libertad”. Otro axioma era que el comunismo era un régimen enemigo del pueblo. En la lucha contra bandidos llevada a cabo en el Escambray, muchos campesinos pobres y beneficiados por las medidas revolucionarias eran incondicionales a las guerrillas contrarrevolucionarias y el motivo era el anticomunismo, a ellos les habían construido el relato que el comunismo era “el ogro que devoraría al pueblo”. Ambos axiomas se construyeron desde lugares comunes respectivamente, el rol de los Estados Unidos en 1898 y los errores de la construcción del comunismo en la URSS.

Ahora es un desacierto grave destruir estos axiomas construyendo otros visceralmente opuestos e irracionales: es decir, los norteamericanos nunca hicieron nada positivo en Cuba y el comunismo de la URSS nunca tuvo errores, cuando se acepta acríticamente la veracidad de un hecho se procede a (des)contextualizarlo arbitrariamente.  

Dentro de las ciencias sociales, lo circunstancial tiene un peso decisivo. Desestimar o marginar lo casual puede ser equivocado porque a veces es crucial a la hora de analizar un hecho o proceso. Fernando Martínez Heredia explica lo siguiente y por la actualidad del tema lo cito in extenso:

 

Les voy a decir otra cosa de este tercer problema que es muy diferente, porque es circunstancial, no es ni un lugar común ni una falsedad, que es: en Cuba ha habido una sola revolución. Si ustedes toman eso no podemos investigar nada. Sin embargo, es circunstancial, porque no es falso ni nada, es lo que dijo Fidel el 10 de octubre de 1968. ¿Por qué? Porque ahí por la mañana, en esa misma biblioteca de Bayamo lo que habían dicho eran horrores, incluso de Máximo Gómez dijeron horrores, casi que era un pequeño burgués, que era un pequeño burgués flaco, que tenía tercer año de primaria... y entonces esa noche Fidel estaba con todas esas cosas indignadito, con razón. ¿Por qué? Porque habíamos logrado salir de la microfracción, pero no lográbamos salir del problema completo, y porque la URSS era un aliado demasiado grande, demasiado poderoso y entonces él dijo: "son cien años de lucha". "Son cien años de lucha, ¿y cómo seríamos nosotros?, como ellos; ¿y cómo hubieran sido ellos?, como nosotros, porque aquí ha habido una sola revolución". Desde el punto de vista de un político revolucionario, es perfecto; pero de una investigación, no. Si tú lo quieres decir en una forma de exaltación, de motivación o de cualquier otra necesidad política, perfecto. Si lo quieres decir en una investigación, estás equivocado (Heredia, 2018, s.p.).

 

En el 2018 se celebró el 150 aniversario del Inicio de las Guerras de Independencia y se ha impulsado el concepto de que “la revolución es una sola”. Pero, si no explicamos el aspecto, señalado por Fernando Martínez dentro de un tiempo la propaganda política y mediática construirá axiomas que pueden dificultar y obstaculizar el desarrollo de la propia historia de la Revolución.

 

Cuarto problema: "Diferencias entre los estudios especializados, los testimonios y la enseñanza de la Revolución Cubana" (Heredia, 2018, s.p.).

Martínez Heredia focaliza la importancia de saber delimitar estas áreas para el avance investigativo del proceso:

 

Esto afecta, claro, a la investigación, que es un estudio especializado y la divulgación, que puede ser divulgación de investigaciones, de testimonios o incluso la divulgación misma que hace toda enseñanza. Hay que saber separar estas cosas y saber integrarlas también, las dos cosas: separarlas e integrarlas (Heredia, 2018, s.p.).

 

Uno de los mayores retos de la Revolución Cubana es la capacidad de enseñarse auto críticamente a sí misma. Nos es una cuestión meramente pedagógica, transciende a su praxis revolucionaria. Existen millares de investigaciones sobre la revolución cubana, desde múltiples enfoques y disciplinas científicas realizadas en Cuba y fuera de Cuba. El gran problema es cómo sus diferentes actores y la propia Revolución articulan estas investigaciones.

Los padres fundadores del espíritu de esta nación estuvieron asociados al magisterio. Los mismos desde sus inicios comprendieron lo que hasta ahora ha sido el dilema cardinal de la Educación Cubana: Las concepciones de un Pensamiento Dogmático V/S Pensamiento Crítico.  El primer paradigma ha sido el correlato de varios sistemas de opresiones y es el resultado evidente de más de doscientos años de magisterio con modelos tradicionalmente esquemáticos, memorísticos y rígidos, ya sean de procedencia hispánica, anglosajona o soviética. Todos (con sus respetivos discípulos tropicales) han dejado la huella del dogmatismo, el autoritarismo y la arbitrariedad en el sistema educativo cubano. El segundo paradigma es la utopía inconclusa representada por los hombres y mujeres más ilustres de este país, que han defendido la necesidad de una educación que trascienda a toda la sociedad a través de un pensamiento creador, flexible y electivo con la elevada intención de ser una condición emancipadora. A lo largo del tiempo, este tipo de pensamiento emancipador ha asumido varios representantes, incluso lo han denominado bajo otras formas con sus múltiples variantes, pero ha mantenido una esencia libertaria que aún necesita ganar en mayor arraigo.

En el caso de la educación, la asignatura de Historia de Cuba ha sido el principal canal para articular las investigaciones de determinado alcance y prestigio. Sin embargo, la tendencia es que la actualización de los contenidos de los materiales de estudio y programas etc. a veces demora más de varias décadas y sigue manteniendo estructuras metodológicas rígidas y la persistencia de los llamados relatos lineales. ¿Qué sucede con las innumerables investigaciones académicas? La mayoría quedan reducidas al estricto ámbito de las investigaciones académicas o los circuitos de eventos científicos. Aún es exigua la sociabilización de estas investigaciones de carácter público y masivo. 

Es una asignatura pendiente (literalmente) conceptualizar para los estudiantes cubanos un plan denominado “Teoría e Ideología de la Revolución Cubana”. Es una alternativa posible lograr insertar contenidos sobre el propio proceso que transcienda más allá de un tema del programa de estudio de Historia de Cuba. La inclusión de un programa multidisciplinar de especialidades de historia, filosofía, sociología y economía para vislumbrar lo que ha sido y sus posibilidades de futuro. El éxito de esta alternativa depende de la capacidad de ser reflexiva y poder construir las bases de culturas anti opresivas.

El intelectual Abel Prieto, en el contexto de la guerra cultural que nos hace participar del capitalismo global alertaba:

 

Estamos todos, inclusos los cubanos, por supuestos, asediados diariamente por esa avalancha de subproductos culturales, cuyos propósitos básicos son vender y divertir; aunque es evidente una carga de valores tóxicos: consumismos, violencia, racismos, sexismos y otros males, aparte tienen una excelente condición están diseñados para no hacerte pensar (Prieto, 2018).

 

Otro riesgo para la ciudadanía cubana al interactuar en los nuevos escenarios que ofrece el conflicto de soberanía con los Estados Unidos, reside en la falta de conocimiento profundo de la cultura de explotación del capitalismo actual, así como de reconocer y usar de maneras críticas las formas de propiedad privada que han entrado vertiginosamente a Cuba en los últimos años.

Fernando Martínez Heredia nos explica que cuando ya funciona, el capitalismo ya sigue funcionando, se autocorrige, incluso se alimenta de lo que un tiempo fueron rebeldías contra él para renovar su hegemonía. “El Socialismo funciona de otra manera (...) El socialismo parece monstruoso porque es la pretensión de la que gente deje de regirse por el dinero, el egoísmo y el individualismo y porque pretende crear personas y relaciones sociales nuevas” (Heredia, 2005).

Cuba ha fraguado por más de cincuenta años una cultura de resistencia anticapitalista, al costo de muchos sacrificios e incomprensiones, pero nunca ha estado ajeno a estas influencias y a los riesgos de estar distante de un pensamiento crítico. 

 

El quinto problema: "Cómo manejar a las pasiones propias y la búsqueda del conocimiento" (Heredia, 2018. s.p.). 

En el texto original, Martínez Heredia no aborda el tema in extenso. Este problema es unos de las mayores dificultades en una investigación. Tiene un vínculo estrecho e indivisible con las emociones, sentimientos personales, motivaciones y experiencias de los investigadores. El investigador o investigadora es portador de elementos auténticos y específicos de caracteres políticos, ideológicos, filosóficos, culturales, religiosos que interactúan con la realidad investigada de manera dinámica y compleja. Martínez Heredia enuncia una realidad:

 

El último, pero no el más chiquito. ¿Cómo manejar las pasiones propias, para que no se den de narices, para que uno no sea un día una cosa y otro día la otra, o para que sean una sola cosa todo el tiempo? Esto se relaciona con varios problemas, pero uno de ellos es el objetivismo en las ciencias, que en la segunda mitad del siglo XIX empezó a invadir el ambiente científico para separar lo que se considera bueno de lo que se considera malo, de lo que constituye conocimiento, y no solo por la corriente positivista de los hechos, sino por toda idea de profesionalización. O sea, que profesionalizarse es que ya uno va a separar sus valores de sus actividades (Heredia, 2018, s.p.).

 

La tendencia positivista del objetivismo científico a veces es disfuncional para comprender la realidad de América Latina. Nuestra condición humana nos ha moldeado de circunstancias diferentes donde lo emocional tiene un peso decisivo para desarrollar la realidad.

Es evidente que se ha malinterpretado el esencial límite de lo objetivo de ciertas verdades o conocimientos y se ha codificado en un inoportuno recetario de dogmas y apotegmas, sin antes tener un previo análisis. Cualquier adoctrinado social puede repetir hasta la saciedad: “Que el ser social condiciona y/o determina la conciencia social” y un profesor sentirse complacido epistémicamente por ese “triunfo pedagógico”, pero de nada es útil, si no comprendemos y desglosamos que el sujeto es quien reproduce su forma de vida en constante equilibrio con la vida material , pero esto no se puede comprender del todo hasta que ellos intuyan que esto está presente en los libros, la racialidad o la ética.  Si no incitamos a provocar el pensamiento y la duda de la realidad, no podemos facilitar una revolución emancipadora. 

La persistencia de ciertos dogmatismos políticos es un verdadero peligro. Estas actitudes viciosas han penetrado los círculos académicos y es adversa para reconocer nuestros propios errores. Es todavía muy polémico abordar desde las ciencias sociales temas como la otredad política, la pobreza, la prostitución, el racismo etc. que en los años setenta se consideraron erradicados de cuajos y actualmente se intentan minimizar su emersión en la realidad. Son innegables también las evidencias de bajas pasiones y rencillas personales bajo el ropaje de discusiones teóricas. Otra arista es que cuando los resultados de las investigaciones no encajan con el discurso científico oficial o no son los resultados esperados por el centro o institución que patrocina el estudio, el investigador y su investigación enfrenta la posibilidad de perder su apoyo institucional o el instrumento más lascivo, la censura.

 

Conclusiones 

El deber de los investigadores e intelectuales es crear alternativas. En una sociedad socialista urge que un intelectual sea revolucionario en su más amplio sentido del término. No se debe perder la brújula que el sistema social elegido en Cuba debe ser el de un socialismo auténtico, que patente el progreso económico e intelectual y dignifique al ser humano.

La compresión de estos cincos problemas teóricos facilita limitaciones epistémicas a la hora de investigar temas relacionados con la Revolución Cubana. El mérito de Fernando Martínez Heredia es brindar estos problemas desde una perspectiva dialéctica, no hermética, dispuesta a ser profundizada en la práctica. La necesidad de superar estos problemas debe ofrecer como resultado una sociedad, de una estructura humana que tiende, a través de ella, o con esta, a explicar fenómenos y señalar sucesos, convirtiéndolo en termómetro del pensamiento, la ideología y la conciencia del cual brota.  

El grado de conciencia que necesita la humanidad y esta sociedad demanda que las prácticas políticas, pensamiento, arte o conducta que emerja y se desarrolle sea revolucionario en pos de su realidad, con necesidad de justicia y enriquecimiento espiritual por naturaleza, trasformador e inconforme, que lo lleve a plantearse siempre problemas. Los portadores de esta actitud o cosmovisión por bautizo tienen que ser críticos.

 

Bibliografía

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Notas

[i] En el 2019 por decisión del Consejo de Estados y de ministros de la República de Cuba se decidió crear un museo dedicado a este Frente en la ciudad de Santiago de Cuba. Sin embargo, no es su escenario geográfico natural.  

 

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