Revista Digital de la Unidad Académica de Docencia Superior,
Universidad Autónoma de Zacatecas, ISSN: 2594-0449.
Alvarado Meléndres, José Pedro, Salas Luévano, Ma. de Lourdes y Salas Luévano, Marco Antonio. (2018). Migración parental y efectos socioeducativos en los hijos que se quedan. Algunas reflexiones. Revista Digital FILHA. [en línea]. Diciembre. Número 19. Publicación bianual. Zacatecas, México: Universidad Autónoma de Zacatecas. Disponible en: www.filha.com.mx. ISSN: 2594-0449.
José Pedro Alvarado Meléndres es licenciado en educación telesecundaria por la Escuela Normal Manuel Ávila Camacho, maestro en ciencias de la educación por la Unidad Académica de Docencia Superior de la Universidad Autónoma de Zacatecas, docente de tiempo completo en el subsistema telesecundaria del estado de Zacatecas. Ha participado como ponente en eventos académicos estatales, nacionales e internacionales. Contacto: ampedro@uaz.edu.mx
Ma. de Lourdes Salas Luévano es doctora en ciencia política por la Universidad Autónoma de Zacatecas, docente investigadora del programa de maestría en investigaciones humanísticas y educativas en la Unidad Académica de Docencia Superior de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Perfil PRODEP e integrante del cuerpo académico consolidado “Políticas Educativas” UAZ-190. Contacto: lourdes_salas@yahoo.com.mx
Marco Antonio Salas Luévano es doctor en ciencias de la educación por ICE UABJO (Oaxaca). Integrante del CA-UAZ-190 “Políticas educativas” Consolidado. Perfil PRODEP y miembro del sistema nacional de investigadores nivel I. Profesor de tiempo completo del programa de maestría en investigaciones humanísticas y educativas en la Unidad Académica de Docencia Superior. Ha sido responsable del programa de maestría en ciencias de la educación de la UADS. Director de la Unidad Académica de Docencia Superior de la UAZ y coordinador de investigación y posgrado de la UAZ. Contacto: salasluevano@gmail.com
Resumen: El objetivo de esta investigación fue analizar los efectos socioeducativos que origina la migración parental en los menores que se quedan, quienes son alumnos de la Escuela Telesecundaria de Río Florido, Fresnillo, Zacatecas, México, los que comparten la experiencia de la migración parental. Se trata de un estudio cualitativo, con el estudio de caso, y la aplicación de técnicas como la observación no participante y la entrevista semiestructurada. De los resultados que se obtienen se puede concluir que con la migración del padre, en la comunidad se da un incremento de hogares extensos, donde conviven los abuelos con la familia del migrante, que deriva algunas veces en conflictos intergeneracionales, sobre todo cuando se trata de imponer las normas de convivencia a los nietos; una afectación emocional, junto a la desatención de las actividades escolares de los hijos de migrantes, aunque también el deseo de algunos de ellos de estudiar, pero sin descartar la posibilidad de migran en el futuro próximo.
Palabras Clave: Migración, menores, educación, efectos emocionales, efectos socieoeducativos.
Abstract: The objective of this research was to analyze the socioeducational effects of parental migration in the children who remain and who are students of the Telesecundaria School of Río Florido, Fresnillo, Zacatecas, Mexico, who share the experience of parental migration. It is a qualitative case study, with techniques such as non-participant observation and semi-structured interview. From the results obtained it can be concluded that with the migration of the father, in the community there is an increase of extended homes, where the grandparents live with the migrant's family, which sometimes results in intergenerational conflicts, especially when it comes to impose norms of coexistence to grandchildren; emotional affectation, along with neglect of school activities of the children of migrants, although also the desire of some of them to study, but without ruling out the possibility of migrating in the near future.
Key words: Migration, minors, education, emotional effects, socieoeducative effects.
Pese al endurecimiento de las políticas y medidas anti inmigratorias implementadas en los últimos años por el gobierno norteamericano, a fin de desalentar y detener el flujo migratorio irregular, así como, de la diversidad de problemas y riesgos que enfrentan los migrantes en su traslado; la migración de la población mexicana hacia Estados Unidos (EU) seguirá siendo una constante entre ambos países, pues las fuerzas que la impulsan dependen sobre todo del desarrollo socioeconómico y productivo que registran.
Si bien es cierto, el flujo migratorio de mexicanos hacia EU ha disminuido, pero sigue existiendo, de acuerdo con Rodríguez (2016); la participación más activa en la migración continua siendo de la región histórica tradicional, que abarca las entidades de Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas, en éste último estado, estudios realizados, dan cuenta de la importancia que reviste la migración de zacatecanos hacia EU motivada por la conjunción de factores de índole económico, social y natural, que permiten la reproducción del flujo migratorio de su población (Delgado y Rodríguez, 2001, pp. 3-4; Castillo y Larios, 2008, pp. 121-122).
Desde este contexto y pese a las restricciones actuales existentes, hombres y mujeres zacatecanos, muchos de ellos jefes de familia, se ven en la necesidad de abandonar sus comunidades para buscar nuevas y mejores condiciones de vida, las esposas que se quedan, asumen entonces un doble rol al interior de los hogares, se convierte en jefe de familia, pero también continúan realizando las actividades propias del hogar; otras veces, tal figura recae en los abuelos (paterno o materno) o en los tíos, quienes asumen la responsabilidad temporal de cuidar a los nietos o sobrinos, mientras el padre ejerce la paternidad a la distancia.
Las consecuencias que la migración origina en las familias que se quedan, además de los reajustes socioproductivos en el hogar, sufren el desequilibrio emocional, expresado en ataques repentinos de estrés, tristeza, ansiedad, miedo, etc., y en el caso de los menores, que exteriorizan incluso, malas actitudes en los entornos escolares, agresividad física y verbal hacia sus pares y demás integrantes de la institución, aislamiento, comportamiento pasivo y antisocial, un escaso o nulo compromiso para el trabajo en el aula y extra aula, bajo rendimiento académico, ausentismo, y/o hasta el abandono escolar. (Hurtado, Rodríguez, Escobar, Santamaría y Pimentel, 2008, p. 13; Quecha, 2012).
Para autores como Zárate, León y Rivera (2007), hay hijos de migrantes que pueden asimilar y aceptar la ausencia del padre con una menor dificultad, aunque hay otros que por sus características de personalidad, circunstancias y dinámica familiar interpretan la migración del padre como abandono, llegando a repercutir en su autoestima [i]. (p. 361).
En efecto, diversas investigaciones dan cuenta de los impactos que origina la migración del padre en la familia, donde se destacan: a) los aspectos relacionados al actuar y los conflictos que enfrentan los hijos, que van desde disfunciones sociales, problemas académicos, así como, una mayor exposición por enfrentar situaciones de embarazos precoces, alcoholismo, drogadicción y delincuencia, etc.; b) la vulnerabilidad emocional que envuelve a los hijos, al generar un sentimiento de abandono, de fragmentación familiar y falta de afecto de la figura paterna; así como, de estereotipos prejuiciosos asociados con el desinterés y la deserción escolar, la falta de control, y la predisposición por emigrar como resultado de la cultura migratoria; y c) la manifestación de actitudes positivas asumidas por los hijos de padres migrantes, menores que desarrollan un fuerte sentimiento de responsabilidad y compromiso, buscando no defraudar al padre ausente y a sus cuidadores, asumiendo un buen comportamiento en la familia, la casa y la escuela; en esta última, estudiando y logrando buenas notas, para retribuir el sacrificio y la ausencia del padre. (García, 2011, pp. 1-3; Chevez, 2012, p. 66).
Desde estas perspectivas, los impactos de la migración son diversos, variados y diferenciados y no pueden ni deben homologarse ni siquiera entre los miembros de una misma familia, pues la vivencia es resentida de manera diferenciada con dependencia de la posición que se guarde al interior de las familias (padre, madre, hijo o hermano), género, edad, las relaciones que se establecen en la familia, el tipo y el tiempo de migración, entre otros, es decir, la migración de alguno de los integrantes de la familia, sobre todo del padre, constituye un evento disruptivo que trastoca la dinámica social, familiar e individual, de ahí, que las percepciones que se originan sean múltiples, diversas y entendibles a partir de comprender la dinámica familiar que impera en los contextos migratorios. (García, 2011, pp. 1-3; Giorguli, 2006).
En este documento, se presentan algunas situaciones problemáticas que enfrentan los menores por la migración del padre, para lo cual, se plantean los siguientes cuestionamientos: ¿cuáles son los efectos socioeducativos que enfrentan los menores con la migración del padre?, ¿cómo influye la migración del padre en los hijos que se quedan?, ¿cuáles son los roles asumidos por los menores en familias que viven la experiencia migratoria del padre?
Se recurrió a la metodología cualitativa, desde el enfoque del estudio de caso, y la aplicación de técnicas como la observación no participante y la entrevista semiestructurada.
Las entrevistas se aplicaron a diez menores, seis hombres y cuatro mujeres, los que comparten la experiencia de la migración del padre, y enfrentan problemáticas diversas en los ámbitos socioeducativo.
Los sujetos de investigación, registraban las edades de 13 y 15 años, todos cursaban el 2° grado, en la escuela telesecundaria de la comunidad de Río Florido, poblado próximo a la cabecera municipal de Fresnillo, Zacatecas, México [ii]; comunidad, donde se ha ido conformado una cultura de la migración hacia EU desde hace ya algunas décadas, pues la actividad agrícola, una de las actividades más importantes de la comunidad, ha dejado de ofrecer ingresos dignos a la población trabajadora, por lo que se opta por buscar otras alternativas fuera del estado, incluso en el exterior.
El objetivo de la investigación consistió en analizar los efectos socioeducativos que origina la migración parental en los menores que se quedan.
El entorno y ambiente familiar son determinantes para que los hijos, sobre todo los infantes tengan un desarrollo favorable; podrá ser óptimo, cuando en la familia existan las condiciones necesarias y satisfactorias para enfrentar con éxito las adversidades que surgen en el día a día, en caso contrario, cuando en el hogar se presentan situaciones problemáticas, se genera un estado de vulnerabilidad en los integrantes, principalmente en los menores. A fin de conocer el contexto familiar en el que convive el adolescente, se planteó la pregunta, ¿con quién vives actualmente?, las respuestas fueron las siguientes:
“Vivo con mi mamá y mis dos hermanos en la casa de mi abuelito, como ya se murió nos fuimos a su casa porque nosotros todavía no tenemos. Mi papá se fue a EU, trabajaba en la Cervecera, pero ya no le dieron trabajo, está en Denver, allá vive con una hermana que tiene, trabaja en un restaurante, pienso que está muy difícil que venga pronto, pues no tiene papeles, dice que se está poniendo muy feo por allá” (Jorge).
“Vivimos con mi abuelo, pues mi papá está en EU y mi mamá quiere estar con su papá porque ya está muy viejito, somos cuatro hermanos y una hermana. No estoy muy a gusto allí porque mi abuelo es muy regañón y cada rato nos llama la atención, por ejemplo, cuando mi mamá recibe una queja de la gente del rancho o cuando le llaman en la escuela porque me porté mal o no hice tarea, luego, luego, nos regaña y a veces hasta nos quiere pegar, y eso no me gusta” (Mario).
“En mi casa vivimos mi mamá, una hermana, dos hermanos y yo, nos la hizo mi papá. No está bien terminada pero sí se puede habitar, también nos faltan algunos muebles, pero no importa, porque estamos juntos esperando que mi papá regrese del norte. Se fue a trabajar para terminar la casa y para juntar dinero, a ver si cuando venga ya se queda con nosotros”. (Diana)
Las declaraciones anteriores, visibilizan la desintegración y la recomposición de las familias nucleares, por la migración el padre, las que, al convertirse en extensas, sus integrantes ya no se conciben como una familia completa (tradicional) por la ausencia del padre.
Para algunos miembros, tal recomposición constituye sólo una estructura provisional, al considerar la migración como una estrategia o alternativa temporal, guardando la esperanza de que algún día, puedan volver a estar juntos.
Sin embargo, muchas veces la estancia tiende a prolongarse, sobre todo cuando se genera una estabilidad laboral y existe la posibilidad de legalizar la residencia en el otro lado, y con el tiempo hasta de una posible reunificación de la familia.
En esta dinámica, algunas familias adoptan la figura de transnacional, es decir, aquella cuyos miembros viven una parte o la mayor parte del tiempo separados los unos de los otros y que son capaces de crear vínculos que permiten que sus miembros se sientan parte de una unidad y perciban su bienestar desde una dimensión colectiva, a pesar de la distancia física (Bryceson y Vuorela, 2002, p. 2, Gonzálvez, 2016, p. 2).
Por otra parte, la relación de los menores con los abuelos por lo general es de respeto y cariño, aunque también conlleva un cierto grado de conflicto al enfrentarse los choques intergeneracionales por la concepción tan diferente que se tiene de la educación, costumbres, valores, creencias, etc., los abuelos, con la responsabilidad a cuesta, tiene que estar vigilando qué hacen, y con quién andan sus nietos, motivo por el cual algunas veces les llaman la atención o les prohíben ciertas cosas; por ejemplo, amistades (por considerarlas no convenientes), salir con sus compañeros a dar la vuelta, jugar, y en ocasiones hasta realizar las tareas de las escuela, así, los menores piensan que de estar su padre con ellos, tendrían una mayor libertad (Quecha, 2012, pp. ii).
Tal situación, coincide con los planteamientos señalados por Chévez (2012), quien comenta que, la migración temporal del jefe de hogar ha implicado la formación de arreglos familiares específicos, donde juega un papel importante en el hogar la presencia de los padres los suegros de la persona que migra, especialmente cuando existe la presencia de niños, mientras que, en otros casos, la migración ha posibilitado la formación de unidades familiares transnacionales, en donde el continuo flujo de personas, bienes materiales y simbólicos han logrado la preservación de las mismas. (p. 73).
Con el interés de conocer qué representa para los menores tener a su padre lejos se planteó la siguiente pregunta: ¿crees que la migración de tu padre te afecta?, las respuestas que emitieron fueron las siguientes:
“Me afecta bastante que mi papá no esté con nosotros, ya tiene 2 años que se fue al otro lado, lo extraño mucho, yo estaba muy apegado a él y sufro porque no está con nosotros, él me comprende más que mi mamá, pues siempre me apoyaba en las cosas que yo hacía, ojalá que regrese pronto” (Antonio).
“Soy muy rebelde, mi mamá me regaña mucho porque soy muy respondona, voy mal en la escuela, los maestros me ponen reportes seguido o me suspenden, la verdad no me gusta la escuela. Pienso que soy así, porque mi papá no está con nosotros, además, me quiero ir con él a EU” (Diana).
“La verdad, necesitamos mucho de su apoyo, a veces no tenemos dinero para comprar las cosas que nos hacen falta en la casa y en la escuela, algunas veces tenemos que trabajar mi hermano y yo, para ayudar a mi mamá. Eso nos afecta en la escuela, porque a veces no alcanzamos a hacer las tareas que nos dejan o hasta faltamos a clases. Hasta ahorita no sabemos cómo está o cómo le ha ido a mi papá; no ha llamado desde hace tres meses que se fue” (Juan Manuel).
“Uno de los problemas es que como mi papa no está, mi hermano se pone muy rebelde e insoportable, hace lo que él quiere, se va con sus amigos a vagar por la calle, nunca hace la tarea e incluso comienza a emborracharse y cuando mi mamá lo regañan es muy grosero con ella y le rezonga muy feo” (Rosa).
Tales respuestas dejan ver que la ausencia del padre repercute de manera negativa en los hijos que se quedan, pues asumen comportamientos de rebeldía, tristeza, soledad, mala conducta y bajo rendimiento, pese a la incertidumbre que tienen sobre el regreso del padre, los menores no pierden la esperanza de su regreso, pues personifica el equilibrio emocional y económico que requieren en sus familias (López, 2007, p. 565; Hurtado, et al., 2008, p. 14).
Estas declaraciones, coinciden con lo planteado por Heredia (2015), quien comenta que las emociones de los menores, asociadas a la migración; son la tristeza, el enojo, la incertidumbre y el miedo.
Como se mencionó anteriormente, en la comunidad de Río Florido, el principal motivo para migrar es la cuestión económica, es decir, la búsqueda de ingresos para satisfacer las necesidades más inmediatas; cuando el padre tarda en enviar dinero (remesas), ubica a la familia en situación de vulnerabilidad, lo que obliga a la madre a trabajar para abastecer de lo necesario en el hogar y de sortear los compromisos adquiridos, en tal situación, muchas veces los menores se involucran y buscan espacios que les permita obtener aunque sea un mínimo ingreso para apoyar a su madre.
Los testimonios que emiten los menores destacan cómo el factor económico representa un problema en los integrantes de la familia que se queda, es decir, que aún con la partida del padre para obtener mayores ingresos, y que constituye la principal justificante para emigrar, el problema persiste, así con relación a la situación económica que impera en la familia, se hizo la siguiente pregunta ¿cómo sortean los problemas económicos ante la ausencia del padre?, sus respuestas fueron:
“En la casa a veces nos las vemos muy duras porque a veces no tenemos ni para comer. Mi papá se tarda mucho en mandar dinero y cuando llega, ya lo debemos, por eso mi mamá tiene que trabajar para mantenernos” (Vicente).
“A veces yo voy a trabajar por las tardes al campo, el balneario o en las tiendas del Río, donde se pueda ganar dinero y ayudarle a mi mamá en lo que se ocupa en la casa. Cuando es temporada de cosechas, pido permiso en la escuela y nos vamos a trabajar mis hermanos y mi mamá, sí nos va bien cuando vamos los tres” (Jorge)
“No tengo un trabajo fijo por las tardes, pero cuando sale chamaba le entro, mi tío es albañil y cuando necesita que le ayude me invita a trabajar como chalán, yo apenas me estoy enseñando y algunas cosas no puedo hacerlas muy bien, pero le intento. Así, apoyo a veces a mi mamá con los gastos de la casa o ya no le pido dinero” (Jaime).
De acuerdo con las declaraciones de los menores, la migración del padre ubica a la familia en una situación de vulnerabilidad económica, pues la inseguridad y la tardanza del envío de dinero (remesas), obliga que la esposa y/o los hijos, a pesar de la corta edad y de las bajas percepciones que obtienen, se ocupen en las tierras de cultivo de Río Florido, como empleados de algún establecimiento comercial, y en menor grado desarrollando actividades de siembra y recolección de productos agrícolas (Quijas y Orozco, 2011, p. 6), sin embargo, esto les dificulta el cumplimiento en sus actividades escolares, situación que los jóvenes ratifican en los siguientes comentarios :
“Algunas veces no alcanzo a llegar a tiempo a la escuela, pues primero tengo que ir al campo para apartar mi tarea [iii] que debo desquitar en un día, ya que si no voy temprano y no me espero, me dejan sin trabajo”. (Juan Manuel).
“Creo que ya no voy a poder venir a la Escuela, porque tengo que ayudar a mi mamá en la venta de los tacos, es el único ingreso seguro y nos está yendo muy bien, ojalá que así sigamos”. (Diana).
Durante la época de cosechas en las tierras agrícolas de Rio Florido, el ausentismo en las escuelas se incrementa considerablemente, esta situación se acentúa más en los varones, ya que tienen una participación laboral más activa que las mujeres.
Por otro lado, en la comunidad, se puede apreciar las consecuencias de la cultura de la migración que influye para que muchos menores piensen en emigrar hacia EU al concluir los estudios de Secundaria y/o Bachillerato, al encontrar apoyo en los contactos de familiares y amigos que han migrado con anterioridad, entretejiendo con ello, las conocidas redes migratorias.
Con el propósito de conocer la concepción que tienen del estudio y de la migración como perspectivas futuras, se realizó la pregunta ¿consideras que estudiar es importante o piensas en emigrar? manifestaron lo siguiente:
“Creo que el estudio es muy importante porque permite tener una mayor oportunidad de encontrar trabajo y de mejorar la situación económica de la familia. Pienso que las cosas pueden mejorar si termino la Secundaria, hasta podré irme con mi papá a EU y mandarle más dinero a mi mamá para que mis hermanitos puedan seguir una carrera”. (Jaime).
“A mí no me gusta ir a la escuela, si hago las tareas y los trabajos; todo, pero la verdad no me gusta” (Juan)
“Sí, pienso en estudiar una carrera que más delante me ayude a encontrar un buen trabajo y no trabajar en el campo como mis hermanos más grandes. A veces también pienso irme a EU con mi papá, sería una buena opción para conseguir dinero, pues aquí no hay tanto trabajo” (Mario).
“Si, creo es muy importante porque si no estudio me va a pasar lo que a mi hermano mayor que se salió de estudiar de la Secundaria y mi papá lo puso a trabajar en el campo, y cuando creció más se lo llevó al norte, allá esta pero no gana mucho dinero, porque está trabajando de mesero. Yo pienso que es mejor echarle ganas al estudio para logar una carrera donde gane bien” (Vicente).
“Me siento incómodo en la escuela, no me gusta venir, vengo porque mi mamá me manda a fuerzas, algunas veces llegan mis primos por mí para irnos juntos, pero yo ya no quiero ir, quisiera encontrar un trabajo mientras crezco un poco más para irme a EU con mi papá. Eso sí me gustaría porque allá el dinero si rinde, para comprar cosas, como una camioneta” (Jorge).
De acuerdo a las declaraciones de los menores, conciben la importancia que tienen los estudios para el futuro próximo, pues consideran que, de realizarlos, les permitirá acceder a un mejor empleo, mejores salarios y una mejor vida.
Los menores por su corta edad, aunque no tienen una concepción clara del alcance y magnitud que tienen las redes en los procesos migratorios, mencionan que, de migrar, encontrarían el apoyo del padre que se encuentra en el norte, de forma tal que, dentro de sus perspectivas futuras, no se descarta la posibilidad de partir hacia EU y dar continuidad al fenómeno.
La migración es un fenómeno que modifica sustancialmente la vida de las personas que directa e indirectamente participan en ella; es considerada desde el punto de vista económico, una de las alternativas que permite mejorar la calidad de vida de los migrantes y sus familias, pero también que conlleva afectaciones de diversa índole.
Para el caso de la migración parental y los efectos socioeducativos en los menores estudiantes de la Escuela Telesecundaria, de la comunidad de Rio Florido, Fresnillo, Zac., se concluye que:
Se trata de una migración originada principalmente por la cuestión económica-laboral, con la participación de hombres jefes de familia que se van hacia EU a trabajar, dejando a su esposa e hijos en la comunidad.
Los cambios que se generan al interior de los hogares y que viven la experiencia de la migración del padre inician con su partida, así, por ejemplo, se visualiza el incremento de hogares extensos, donde conviven muchas veces los padres o suegros junto a la mujer y los hijos del migrante, implicando algunas veces, el conflicto intergeneracional sobre todo cuando los abuelos que imponen las normas de convivencia a los nietos.
La partida del padre vulnera a la familia, sobre todo a los menores quienes evidencian un desequilibrio emocional y les resulta muy difícil responder a las exigencias del entorno inmediato por la afectación que provoca la separación. Así, en el ámbito socioeducativo, presentan comportamiento rebelde, aislado, y agresivo, y de la falta de interés en el cumplimiento de las actividades escolares.
Por otra parte, la cultura de la migración desde la perspectiva de los menores, aún no es concebida en su total magnitud, aunque algunos de ellos, ya visualizan esta posibilidad en su vida en el futuro próximo, pues consideran, podrían acceder a una mejor vida que la que tienen en la comunidad con su madre y sus hermanos, y que el padre facilitaría el movimiento migratorio. De igual forma, los menores tienen claro lo que representa el estudio en su vida, pues consideran que este les permitirá acceder a un mejor empleo, mejores salarios y una mejor vida para ellos y sus familias.
Par finalizar, es importante mencionar que esta investigación constituye sólo un acercamiento a los impactos que se generan por la migración parental en los menores de educación Segundaria, y que deja abierta la posibilidad de futuras investigaciones con alumnos de los otros niveles educativos, incorporando a las madres y docentes como sujetos de investigación, lo que enriquecería la información de los resultados, puesto que como bien lo señala García (2011), los impactos de la migración no pueden ser homologados en quienes los padecen, ni siquiera entre los miembros de una misma familia, pues estos son vividos de diferente manera, con repercusiones diferentes en quienes los enfrentan.
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[i] La autoestima es la forma habitual de pensar, amar, sentir y comportarse consigo mismo. No es algo que ya se trae desde el nacimiento, si no que se va generando de acuerdo, a los contextos y de acuerdo a la historia de cada persona, es decir que se da como resultado de una serie de acciones y hechos que van ocurriendo a lo largo de nuestros días. Para este autor, la autoestima se integra de tres componentes: 1) Componente Cognitivo, idea, opinión, creencia, percepción y procesamiento de la información. Hace referencia a la opinión que se tiene de la propia personalidad y sobre su conducta. Por medio de la cognición se da un significado a los datos aprendidos sobre nosotros mismos y sobre los demás. 2) Componente Afectivo, valoración que se hace de lo que hay en nosotros de positivo y negativo, es un juicio de valor sobre nuestras cualidades personales. y 3) Componente Conductual, es el elemento activo, instigador de conductas coherentes con los conocimientos y afectos relativos a nosotros mismos; por tanto, la autoestima no es solo lo que pensamos y sentimos acerca de nosotros, también incluye lo que hacemos (Alcántara, 1996).
[ii] Se trata de una comunidad donde, paradójicamente, se ha convertido en polo de atracción para población jornalera migrante, pues demanda trabajadores para realizar las actividades de la agricultura intensiva que se práctica, y a donde arriban familias completas a emplearse en los cultivos.
[iii] Le llaman tarea, a la jornada de trabajo que tienen que realizar en determinado periodo de tiempo una persona, y que regularmente lo delimita la cantidad de trabajo que se tiene que realizar, no importa el horario, pero sí deben cumplir cabalmente antes de que finalice la luz del día.