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Revista Digital de la Unidad Académica de Docencia Superior,
Universidad Autónoma de Zacatecas, ISSN: 2594-0449.

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El Estado y transición al neoliberalismo en América latina por Julio Rodríguez Anido

Enero-julio 2019, número 20.
Autor: Abel Lozano. Título: Toro. Técnica: linoleografía. Año: 2018. Medidas: 112x38 cm.

Rodríguez Anido, Julio. (2019). El Estado y transición al neoliberalismo en América latina. Revista Digital FILHA. [en línea]. Enero-julio. Número 20. Publicación bianual. Zacatecas, México: Universidad Autónoma de Zacatecas. Disponible en: www.filha.com.mx. ISSN: 2594-0449.

Julio Rodríguez Anido es abogado, Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, maestro y doctor en sociología, Ph.D., Université du Québec à Montréal, Canada. Realizó estudios sobre el Desarrollo, INODEP, Paris, Francia. Fue profesor de base y director de Unidad, Université de Sherbrooke en Canadá. En México, es docente investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas desde el año 2000, miembro del SNI desde 2005 y tiene Perfil Deseable de un Profesor, PRODEP, desde ese mismo año. Hace parte de un Cuerpo Académico Consolidado y un Programa PNPC del CONACYT. Contacto: juroan04@gmail.com

EL ESTADO Y TRANSICIÓN AL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA

The State and transition to neoliberalism in Latin America

Resumen : El libro Estado, Procesos Políticos, Movimientos Populares y Transición al Neoliberalismo en América Latina, del que es autora Nydia María Castillo Pérez, explica con enorme lucidez cómo y por qué cambia el curso de la historia de un país que tomó la vía pacífica hacia el socialismo y otro el de la revolución, luego de derrocar  una dictadura feroz y cómo ambos procesos, socialista el uno y revolucionario el otro, tratan de cambiar sus sociedades y llevarlas a ser más justas, libres y soberanas. Sin embargo, al final, ambos estados son derrotados y terminan por adoptar políticas neoliberales. Interesante y original, es de grata lectura y va dirigido, en especial, a todos aquellos que se interesen por América latina y su futuro.

Abstract: Summary: State, Political Processes, Popular Movements and Transition to Neoliberalism in Latin America is a book by Nydia María Castillo Pérez. It explains with great lucidity how and why changes the course of the history of a country that opt for the peaceful way towards socialism and another that of the revolution, after overthrowing a fierce dictatorship and how both processes, socialist one and revolutionary the other, try to change their societies and make them more just, free and sovereign. However, in the end, both states are defeated and end up adopting neoliberal policies. Interesting and original, it is of pleasant reading and it is directed, especially, to all those who are interested in Latin America and its future.

 

Introducción

Este libro, Estado, Procesos Políticos, Movimientos Populares y Transición al Neoliberalismo en América Latina que fuera presentado en el Primer Congreso Internacional de Investigación sobre Problemas Educativos y Sociedad, realizado a través de la Unidad Académica de Docencia Superior de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), es una obra que constituye un aporte significativo, desde la Academia y a partir de la Sociología Política, sobre la configuración del Estado Latinoamericano y sus transformaciones.  Así, explica con enorme lucidez cómo y por qué cambia el curso de la historia de un país que tomó la vía pacífica hacia el socialismo y otro el camino de la revolución, luego de derrocar una dictadura feroz y cómo, ambos procesos, socialista el uno y revolucionario el otro, tratan de cambiar sus sociedades y llevarlas a ser más justas, libres y soberanas. Sin embargo, al final, ambos estados son derrotados y terminan por adoptar políticas neoliberales.

La autora se refiere específicamente al proceso llamado la Vía Pacífica al Socialismo, dirigido por Salvador Allende, en Chile y su tránsito al régimen del general Pinochet, que implanta el proyecto neoliberal más duro que se haya aplicado en el continente.  Igualmente, a la Revolución Sandinista triunfante en Nicaragua, liderada por el Frente Sandinista de Liberación, que obtiene la victoria en 1979, pasa paradójicamente a constituir, años después, un estado de naturaleza neoliberal. Nydia Castillo Pérez analiza cómo y por qué esos procesos de cambio tan profundos, que transforman de manera radical dichos países y arrastran a sus estados, durante el proceso globalización y en la era del conocimiento, hacia la órbita del neoliberalismo, fenómeno portador de tantas desigualdades e injusticias. Es revelador, para comprender el tema, el hecho de que la autora, a comienzos del libro, inserte el poema “A Roosevelt”, del gran poeta nicaragüense Rubén Darío, que abriera la vía del modernismo y revolucionara la lengua española, cuando dice:

 

Eres los Estados Unidos,

Eres el futuro invasor de la América ingenua

que tiene sangre indígena,

que aún reza a Jesucristo y aun habla en español. 

 

Estos versos, publicados en 1904, parecen proféticos cuando se considera la naturaleza del estado latinoamericano en los tiempos modernos. En virtud de ello, James Petras, sostiene que actualmente se encuentran tres tipos de Estado: El estado Imperial, Estados Unidos, Europa Unida y Japón. El Estado capitalista se encuentra en países capitalistas que están desarrollados, pero tienen poco alcance mundial; no son independientes ni conquistadores del mundo; es el caso de Finlandia, Noruega, Canadá o Australia. Después, se encuentra a los estados recolonizados; ellos se encuentran en América latina, una porción importante de Asia y casi toda África.

 

Estado, bloque histórico, bloque de poder y represión

En el capítulo Introducción, de alto valor teórico, metodológico y conceptual, la autora toma como guía intelectual, el pensamiento de J. Petras, F. Calderón, E. Wallerstein y a otros autores que reflexionan sobre el estado moderno. En particular, recurre al cuadro conceptual elaborado por Antonio Gramsci (1977), al utilizar los conceptos de bloque histórico, bloque de poder y hegemonía como formas de facilitar el análisis y la comprensión de la compleja naturaleza de la formación del Estado y de sus transformaciones en América Latina. Castillo Pérez, al analizar la naturaleza del Estado y la complejidad de los movimientos sociales que tienen curso en América latina durante los años 60 y70 destaca que los intelectuales a través del tiempo se van dividiendo entre neoliberales críticos y los que se postran al neoliberalismo.

Por otra parte, la transición de los estados y las sociedades hacia la adopción de la ideología y la práctica neoliberal se corresponde con un largo proceso de luchas y contradicciones (Petras, 2000) disfrazadas bajo el discurso ideológico de la llamada nueva economía cuyos fines llevan como objetivo la expansión económica de Estados Unidos (Petras, 2001).

Así, los Estados pierden la capacidad de dirigir sus propias economías y se encuentran al borde de la quiebra económica y financiera. En vista de tal situación, la autora se pregunta ¿qué es lo que mueve el apoyo de las masas a los proyectos revolucionarios o socialistas? y encuentra respuesta en la esperanza y la certidumbre: la creencia que se acerca el fin de la opresión y que un mundo mejor es en verdad, posible. Sin embargo, el neoliberalismo agudiza la injusticia social ya que no solo reduce los modos de vida, sino que también impone lo económico sobre todos los otros aspectos de la realidad económica y social. (Ávila-Fuenmayor, 2005). Más todavía, pone de manifiesto la desigualdad que supone tanto en las relaciones entre las distintas sociedades como al interior de ellas mismas, donde un núcleo está conectado y puede actuar en el mundo mientras la mayor vive su inserción de manera precaria y pasiva.

Como ya se mencionó, Nydia Castillo Pérez recurre al pensamiento de Gramsci (1977), quien visualiza al Estado no sólo un instrumento de represión coyuntural, sino que, además, forma parte del bloque histórico de poder, por lo que, si las clases oprimidas quieren tomar el control del Estado, deben analizar como meta u objetivo la transformación de ese bloque histórico que existe a lo interno del Estado. El bloque histórico constituye una alianza de clases operada por el Estado entre las clases dominantes, una parte de las clases auxiliares y un sector de las clases dominadas, todo lo que forma la esencia del aspecto económico del bloque de poder. El Estado construye el bloque histórico, agregando la represión, lo que Gramsci llama “hegemonía”, es decir, el poder del Estado sobre las ideas dominantes a lo interno de una sociedad. La alianza del poder político con la sociedad civil permite la existencia de aparatos ideológicos que funcionan en la dirección requerida por el Estado, que tiene éxito cuando logra convencer al conjunto de la sociedad, en torno al sistema de orden por él impuesto, mostrándolo como natural y estable, lo que asigna al poder del bloque histórico una visión inconmovible. El bloque histórico constituye así un conjunto de clases que tienen ideologías diferentes con escalas de valores que consolidan y dan solidez a esas alianzas. Por ello, Gramsci presenta la ecuación siguiente: cuanto más funcione la ideología, menos necesidad hay de reprimir. Pero, si la hegemonía, es decir, el consenso, no es asegurado, la represión debe aumentar; de allí su estrategia: la lucha obrera no debe ser solamente economicista; debe tender a romper el bloque histórico. En cuanto al término hegemonía, es empleado en dos sentidos: para significar la forma de imponer un modelo a través del consenso, y otras veces, a través de la represión.

El conjunto de esas ideas sirve de guía para analizar la naturaleza del Estado y la complejidad de los movimientos sociales que se desarrollan en los años 60 y 70 en América Latina. Para ello, el estudio centra su análisis en la transición de ciertos modelos populares a otros de carácter neoliberal en los años 70 y 80, fenómeno que abre camino a la penetración expansiva del imperialismo en América Latina y a transformaciones mayores en las décadas subsiguientes. En tal sentido, la autora señala que los estados nacionales latinoamericanos que toman la vía del socialismo o la revolución pierden, en un momento determinado, la capacidad de dirigir sus economías y terminan encontrándose al borde del quiebre económico y financiero. Es entonces que los países recurren a la fórmula neoliberal que se basa en cuatro postulados fundamentales: La estabilidad macroeconómica y financiera a toda costa, la reducción o eliminación de las regulaciones en el ámbito estatal, alentando el desarrollo del libre mercado, la privatización de las empresas públicas y la disminución del gasto social.

 

Nicaragua: la revolución sandinista

A partir de ese cuadro teórico, la autora aborda el estudio del tránsito de la revolución liderada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, en Nicaragua, y su paso a la constitución de un estado neoliberal. Igualmente, analiza la transición de la vía pacífica al socialismo, en el Chile de Salvador Allende, al régimen neoliberal, liderado por el general Augusto Pinochet. En el caso de Nicaragua, la autora recuerda que hubo cuatro momentos en el desarrollo del estado nacional. La primera fase, entre 1893 y 1910, constituye un intento de modernización del estado, en oposición a la dominación norteamericana, durante la gestión del régimen liberal dirigido por el general José Santos Zelaya. Esa tentativa revolucionaria es concluida con el derrocamiento del gobierno de Zelaya y la intervención abierta en ese proceso por parte del gobierno de Estados Unidos. El segundo se extiende de 1910 a 1936.

En esa época, un régimen conservador auspicia la creación del estado oligárquico y facilita la presencia militar norteamericana que invade el país en oleadas militares sucesivas y ocupa todo el territorio nacional. Es precisamente contra esa intervención militar extranjera que se alza la figura heroica de César Augusto Sandino, paladín de la revolución, que es asesinado por las fuerzas de ocupación. En la tercera etapa, el estado asume una orientación liberal y dictatorial. Se trata de la dictadura militar de la familia Somoza, dejada tras de sí por las fuerzas de ocupación para asegurar su sometimiento, cuyo dominio se extiende de 1936 a 1979, contando todo el tiempo con el amparo, la franca injerencia y el apoyo militar del gobierno de Estados Unidos. Es entonces que se ponen en vigor en Nicaragua las principales formulaciones teóricas de la Escuela Estructuralista de la CEPAL que tenían como objetivo principal alentar el progreso técnico en la agricultura para liberar mano del sector agrícola y transferirla a sectores más dinámicos de la economía y reforzar el desarrollo industrial generando la expansión del mercado interno (Sahagún, 1980). En la cuarta, que va de 1979 a 1990, emerge un estado revolucionario, lo que constituye un nuevo desafío contra la dominación imperialista norteamericana. Como respuesta, la agresión imperial no se hace esperar; ella es constante y se encuentra presente durante todo ese periodo.

La autora pone énfasis en el tipo de relaciones existentes en las sociedades periféricas y subdesarrolladas, como es el caso de Nicaragua, en los tres primeros periodos señalados y destaca las relaciones estructurales económicas-financieras establecidas entre los grupos que controlan la economía nacional con los sectores capitalistas centrales con los cuales ese país está estrechamente ligado. Analiza así la relación existente entre fuerzas internas y el poder imperial que, a todo precio, quiere imponer su ley y las relaciones de dependencia consecuentes. De allí que, históricamente, el carácter de país dependiente y su relación con el mercado mundial —a través de mercado norteamericano— haga que la economía nicaragüense cumpla solo el papel de abastecedora de materias primas para la exportación, como café, algodón, azúcar y carne. En consecuencia, la concentración de las mejores tierras, la disposición de nuevas tecnologías y el control de las inversiones nacionales y extranjeras queda en manos de reducidos grupos de poder. Mientras tanto, en el otro extremo, crecen profundas desigualdades económicas sociales y políticas, lo que origina altos niveles de pobreza y marginalización.

El estudio se detiene en forma particular desde la derrota del estado somocista, en julio de 1979. Ese momento marca la ruptura entre dos tiempos históricos y el inicio de un proceso revolucionario que trae la finalización de una época, más que un periodo, marcada por la dependencia imperialista. La emergencia del Estado sandinista en 1979, implica la conclusión de un legado histórico caracterizado por la dominación y la explotación imperial. Por vez primera abre camino a la construcción de un Estado soberano, popular y la aplicación de un proyecto nacional a partir de alianzas pluriclasistas destinado a transformar la realidad económica, social y política de la sociedad civil y el Estado.

Se considera entonces que el estado revolucionario debía tener correspondencia con la esencia de las luchas libradas contra el imperialismo norteamericano desde épocas atrás, cuando Nicaragua iniciaba apenas su constitución como Estado-nación. Pero ese proyecto revolucionario encuentra la agresividad del gobierno republicano de Estados Unidos, liderado por el presidente Ronald Reagan, entre 1980 y 1988, que desata una severa política de agresión contra Nicaragua.

Esos embates de parte de una superpotencia mundial, a más de contribuir sensiblemente a la alteración forzada del desarrollo de su historia, hace gran daño al proyecto revolucionario. La economía nacional, que seguía siendo fácilmente vulnerable a las presiones del capital financiero internacional liderado por Washington, sufre las consecuencias de las presiones, el asedio y el aislamiento imperial, lo que ocasiona un gran deterioro social. A esos problemas se añade la implantación, por parte de la revolución, de esquemas de organización piramidal y jerárquica, así como el desarrollo de una cultura autoritaria que no permite condicionamiento alguno. Desde el estado, la Revolución Sandinista opera todo el tiempo con lógica cuasi-militar, cuando la revolución, como idea, es algo muy diferente. A la revolución podríamos calificar como la primavera de la historia, como un momento en el cual los hombres se sienten más libres que nunca y la creatividad popular es alentada en lugar de ser reprimida burocráticamente. Es así, como el proyecto revolucionario va deteriorándose desde dentro de él mismo.

Esos factores internos y externos conspiran junto con la guerra de baja intensidad llevada a cabo por fuerzas contrarrevolucionarias denominadas “Contras”, sostenidas militar y políticamente por Estados Unidos, e inciden sobre el proceso revolucionario que camina hacia la derrota del proyecto sandinista. De allí que cuando ese proyecto ya no es más viable, el gobierno convoque a elecciones que llevan a su propia caída. El país, cansado de guerras y privaciones, había perdido confianza en un proyecto que nunca pudo realizarse plenamente.

En 1990, con la derrota electoral del sandinismo, comienza la transición de un estado de economía mixta y corte revolucionario a otro de naturaleza neoliberal que trastoca drásticamente la sociedad y la política en la región centroamericana. El triunfo electoral liberal lleva a la realización de un pacto que conduce al desarme de los “Contras” y la reducción del ejército nacional conducido por el sandinismo. El nuevo gobierno, que representa intereses de grupos empresariales privados nacionales e internacionales que propugnan la transformación económica y la integración al mercado mundial, se empeña en hacer parte del proceso de mundialización de la economía, los mercados y las finanzas. La estrategia económico-financiera del gobierno surgido en 1990 se basa esencialmente en la implantación de políticas de ajuste estructural y de estabilización financiera concordantes con los lineamientos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La aplicación de esas estrategias de restructuración económico-financiara inician el proceso de reorientación de la economía hacia afuera, con lo que se incrementa la dependencia del país sujetándolo a los vaivenes del mercado y el capital financiero. Con ello, se transforma la economía y la política, en tanto que, desde entonces, las desigualdades sociales son más marcadas que nunca.

 

Chile: la vía pacífica al socialismo

En el caso de Chile, la experiencia vivida por ese país sirve de modelo para la implantación de políticas y procesos semejantes en otros países de América latina ya que, después de contar con un gobierno de corte socialista, una cruenta dictadura militar pone en práctica uno de los modelos ortodoxos neoliberales más severos de todos los que se aplican en el continente. En ambas experiencias, tanto en Chile, con el gobierno de Salvador Allende, como de Nicaragua, bajo la dirección de Daniel Ortega, se había intentado construir un sistema económico, político y social de corte socialista.

Pero, en ninguno de ambos casos el Estado logra solucionar los graves problemas económicos internos originados por la reorganización de las economías nacionales para viabilizar los proyectos de cambio que se gestan desde la sociedad política. Y a nivel externo, tampoco enfrentan con éxito los niveles de dependencia existentes ni las presiones ejercidas por grupos políticos adversos. De allí que no puedan escapar con éxito a los boicots y las agresiones directas llevadas a cabo por los centros del capitalismo mundial, en particular, el gobierno de Estados Unidos. Esas fuertes presiones económicas y políticas llevan a crear un alto nivel de desorganización económica y política que los acercan al colapso, como resultado de procesos inflacionarios que se generan casi naturalmente.

En el caso de Chile, la burguesía financiera y comercial, el bloque de poder que actúa a través de militares golpistas, incorpora al gobierno la “burguesía intelectual”, constituida por tecnócratas formados, o fuertemente influenciados, por la Escuela de Chicago. Estos últimos son los autores ideológicos del régimen neoliberal que se implanta en ese país. Son sostenedores de la economía neoliberal que actúa como agente dinamizador del fenómeno del a globalización y presupone que la activación económica perdurable depende del comercio internacional y transnacional y del libre mercado mundial. (Vilas, 2000) Sin embargo, Petras (1981) y López (1979) consideran que la globalización, a nivel económico, no es más que una oferta de expansión disfrazada que actúa como proceso de recolonización del mundo, solo que ahora ya no se lo hace a través de las armas, sino principalmente, por medio del capital extranjero.

Las políticas neoliberales instauradas en Chile y Nicaragua, al igual que en otros países de América latina, generan mayores ventajas a los países del centro que a los de la periferia. Ellas permiten la continuidad de los procesos de desarrollo basados en el intercambio desigual, la fuga de capitales y de cerebros, o sea, la inteligencia necesaria para el desarrollo nacional de cada uno de esos estados. Además, la relación disímil entre unos y otros engendra altas tasas de desempleo como consecuencia de la transición al neoliberalismo, deteriora de manera dramática las condiciones de vida de la mayoría de la población y provoca mayor polarización social. Más aún, recorta la soberanía nacional y disminuye drásticamente la participación del estado en la economía de esos países, lo que incide en la declinación de sectores estratégicos para el desarrollo de las naciones latinoamericanas, por ejemplo: el autoabastecimiento energético o alimentario.

Entonces, retomando las ideas iniciales, puede comprenderse cómo en el caso de Nicaragua, la revolución es destruida desde el interior, por sus propios errores, así como por el accionar del antiguo bloque de poder y desde el exterior del país, por la agresión imperialista. Quienes triunfan en 1990 imponen su propio proyecto, pero como el fermento revolucionario sigue siendo fuerte, el país entra en un periodo de caos. El neoliberalismo se impone poco a poco mientras el Estado se muestra incapaz de dar respuesta a los reclamos de la población, en especial, de las clases populares.

Algo semejando ocurre en Chile, donde el bloque de poder, que nunca pudo ser derrotado por el gobierno socialista de Allende, se impone sobre la formación social chilena mediante un tremendo golpe de estado. En ese caso, el bloque de poder que se apodera del Estado nacional cuenta con el apoyo decidido de la fuerza militar por lo que, haciendo uso de la represión, implanta políticas neoliberales que transforman las estructuras del estado y la nación. El establecimiento del neoliberalismo coincide, en la década de los años 70 y 80, con procesos de agresión externa, incluyendo militar, que generan desordenes económicos, sociales y políticos que conducen a implantar reformas estructurales que priman hasta hoy. Y con ello, como dice Avial-Fuenmayor, se “…agudiza la injusticia social ya que no solo “reduce” los modos de vida, sino que impone, además, lo económico sobre otros aspectos, con los cuales les despoja de propia cualidad...” (s.p.).

De allí que el proceso de polarización actual no solo sea económico, sino también, militar y diplomático y que se intensifique con el gigantesco desarrollo científico y tecnológico en boga desde la segunda mitad del siglo XX. Este último, contribuye a la ampliación de las desigualdades existentes entre los países del centro y la periferia y entre distintos estratos de las clases sociales existentes al interior de los países considerados subdesarrollados. A pesar del proceso de recolonización existente hoy en América latina, que el proceso socialista y revolucionario en Chile y Nicaragua hayan terminado en el desastre y los países del continente latinoamericano se encuentren sometidos a regímenes neoliberales, siempre queda la esperanza que sus pueblos, afirma la autora, sabrán algún día revertir esa tendencia. Y en ese sentido, ella vuelve a Rubén Darío para recordar:

 

Hombres de ojos sajones y alma bárbara, América latina vive.

Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del sol.

Tened cuidado. ¡Vive la América española!

Hay mil cachorros sueltos del León Español.

Se necesitaría, ser Dios mismo.

El Riflero terrible y el fuerte Cazador,

Para poder tenernos en vuestras férreas garras.

 

De esa forma, concluye el libro de la Dra. Nydia Castillo Pérez dedicado a la transición del proyecto llamado la Vía Pacífica al Socialismo en Chile y el proyecto Revolucionario en Nicaragua al neoliberalismo, mucho más crudo, en el caso de Chile, que en el de Nicaragua.

 

Bibliografía

Ávila-Fuenmayor, F. (feb., 2005):”Neoliberalismo y globalización: de la racionalidad técnica a la relación sujeto objeto”. Revista de Artes y Humanidades UNICA, (6). http://www.redalyc.org, Banco Interamericano de Desarrollo (BID). (1989). Progrès Economique et Social en Amerique Latine, rapport 1989. Washington D. C., BID.

 

Castillo, N. (1999). Educación superior: estado y mercado de trabajo (el caso de Nicaragua) 1960-1999. Managua: UPOLI.

 

Castillo Pérez Nydia Ma.: (2018): Estado, Procesos Políticos, Movimientos populares y transición al neoliberalismo en América Latina. Managua, Nicaragua: Ed. PAVSA.

 

Gramsci, Antonio (1977). Cuadernos desde la cárcel, Paris, Francia: editorial Era.

 

López, P. (1979). Auge y crisis en la fase actual del imperialismo. Revista de Investigación Económica de la Facultad de Economía de la UNAM. (XXXXVI). 150 Pgs. 89-120.

 

Petras, J. (1981). State and Power in the Third World. Londres: Zed Press.

 

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Petras, J. (6 jun., 2001). El estado sigue siendo el factor decisivo de la economía contemporánea. Rebelión. : https://www.rebelion.org

 

Vilas, C. (1999). Seis ideas falsas sobre la globalización. Argumentos desde América Latina para refutar una ideología. En Saxé-Fernández, J. (Coord.,). Globalización: Critica a un paradigma. México DF, UNAN-HECDGAPA, Plaza y Janes, págs. 69-101.

 

Sahagún, V. et al. (1980). Pensamiento latinoamericano. R. Prevbish y A. Pinto. México DF; Universidad Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Económicas.

 

Wallerstein, I. (2012). El capitalismo histórico. México D. F.: Siglo XXI Editores.

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