Revista Digital de la Unidad Académica de Docencia Superior,
Universidad Autónoma de Zacatecas, ISSN: 2594-0449.
Garcés Loera, Isela Guadalupe. (2017). Educación socialista en Zacatecas a partir del análisis hemerográfico. Revista Digital FILHA. [en línea]. Julio. Número 16. Publicación bianual. Zacatecas: Universidad Autónoma de Zacatecas. Disponible en: www.filha.com.mx. ISSN: 1870-5553.
Isela Guadalupe Garcés Loera es licenciada en Historia por la Universidad Autónoma de Zacatecas y maestra en Humanidades y Procesos Educativos por la misma universidad. Actualmente es estudiante de la Maestría en Investigaciones Humanísticas Educativas de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Ha escrito los artículos: La enseñanza de las buenas costumbres y la cultura política: El teatro en Zacatecas (1829-1842) y Problemas y retos para enseñar y aprender historia. Correo electrónico: isela_garces@hotmail.com
Resumen: La finalidad del presente estudio es percibir cómo fue concebido por los grupos de poder clerical y gubernamental el establecimiento de la educación de corte socialista en Zacatecas. De igual manera, el objetivo reside en sustentar que la sociedad zacatecana por ser preponderantemente católica se ha resistido a través de su historia a nuevos paradigmas educativos, ideológicos y culturales; asimismo, se enfatiza sobre la educación como vehículo ideal para implantar en el obrero la ideología de lucha y emancipación. La ruta metodológica que se siguió fue la indagación, contrastación y reflexión en torno a periódicos de época 1924-1935. Al finalizar se muestran los factores que contribuyeron en el declive de la educación socialista.
Palabras clave: historia, educación, socialismo, Estado, religión, fanatismo.
Abstract: The purpose of this study is to perceive how it was conceived by groups of clerical and governmental power the establishment of socialist education in Zacatecas. Similarly, the objective is sustain that the zacatecana society to being predominantly catholic has resisted throughout its history to new educational, ideological and cultural paradigms. Also, this article emphasizes education as ideal vehicle for to implant in the worker the ideology of struggle and emancipation. The methodological route follow was the inquiry, reflection and contrastation of vintage newspapers 1924-1935. The end shown what factors contributed in the drop of socialist education.
Keywords: history, education , socialism, Estate , religion, fanaticism.
La educación socialista se implanta en un periodo durante el cual México aún no alcanza un sistema capitalista, pues tanto su industria y economía no están desarrolladas. El país es preponderantemente rural y no puede inscribirse a un “socialismo” porque éste lucha por derribar una dictadura proletaria inexistente en la nación. Desde los primeros intentos para instaurarla a nivel nacional sufre varios tropiezos, por ejemplo, la propuesta de Froylán C. Manjarrez y Alberto Bremauntz delegados del Partido Nacional Revolucionario (PNR) de sustituir la educación civil por una socialista causa gran conmoción, incluso el entonces presidente Abelardo Rodríguez se resiste a tal reforma y el arzobispo de la Ciudad de México la llama herejía.
Bajo este panorama de dicotomías en donde el socialismo constituye un término polisémico, Lázaro Cárdenas candidato a presidente realiza una declaración importante: Esta unidad de criterio y esta eliminación del clero como factor activo dentro de la educación popular ahorrarán a las futuras generaciones cruentas guerras e innumerables desgracias (Solana, 1981, p. 269). Al observar la afirmación anterior, el entonces aspirante a la presidencia no toma una postura en pro o en contra de la ideología socialista, pues en general sólo resalta la exclusión total del clero de la educación; no obstante, debido a la política anticlerical seguida por el régimen cardenista se asociarán permanentemente postulados socialistas con el ateísmo. Ya en el poder, Cárdenas nombra a Ignacio García Téllez, Secretario de Educación Pública y a partir de ahí se establecen los elementos que compaginarán la educación: emancipadora, única, obligatoria, laica, gratuita, desfanatizadora e integral.
Este es el contexto a nivel nacional, el objeto principal del presente trabajo es observar lo sucedido en el ramo educativo zacatecano para vislumbrar si los ideales que preconizaba la instrucción socialista en el centro, se siguen en nuestro estado. Con tal propósito se conforma un panorama socioeconómico, ideológico y político a nivel local a través de fuentes hemerográficas. La hipótesis es que Zacatecas compagina la nueva educación popular en los tres fundamentos soviéticos: trabajo, sociedad y naturaleza (Lerner, 1999, p. 88). Y al intentar establecerla confronta a grupos anticlericales, sindicales y políticos, resistentes a su imposición.
En los años veinte la población zacatecana es de 15,000 habitantes, posee una industria minera que resurge gracias a trabajos emprendidos por compañías metalúrgicas, existe también mayor producción de enseres como: cigarros, sodas, pastas, cal, catres, crisoles, entre otros; sin embargo, el crecimiento industrial es aún mínimo, incluso hacia 1940 continúa sin un desarrollo fabril significativo. Referente a lo ideológico comienzan a perfilarse nuevos ideales socialistas, éstos se ven reflejados sobre el uso temprano de vocabulario soviético: Alerta cosacos de sotana, que la mujer mexicana está entrando en el plano del concierto socialista y entonces ustedes, los traficantes con farsa religiosa ya no tendrán facilidad de sugestionarlas (Reapo, 1924, p. 4).
Quizá en este momento se tienen ideas erradas de qué es el socialismo, pues como se verá, éste guarda diversas interpretaciones, no obstante, es usado para dirigir un despertar al contexto local en donde la conciencia social se mantiene adormecida bajo postulados clericales:
Los llamados “padres” que a pesar de traficar con las leyes de Jesús el filósofo no hacen de ellas más que un mito para entorpecer el cerebro de los niños y mujeres y no nomás esto, sino también a la buena marcha del universo entero porque desagraciadamente en todo orbe existe ese latifundismo que se hace llamar “directivas de la Iglesia católica” (Reapo, 1924, p. 4).
Esta innovadora tendencia ideológica sirve de estandarte a obreros y campesinos, quienes constituyen nuevos grupos sindicalistas como la Liga de Comunidades Agraria de Zacatecas de 1923, cuya fuerza combativa le da voz al campesinado. Las mujeres también toman una participación tímida en este ambiente de efervescencia social a través de producciones periodísticas:
Hemos visto circular en esta población dos números de un pequeño periódico en tamaño, pero grande en ideas y el cual está escrito por la mano suave de algunas compañeritas de pensamiento radical y antirreligioso. El grupo sindicalista de “Alma Obrera” desde las columnas de su órgano felicita a las distinguidas periodistas (Reapo, 1924, p. 4).
Empero, debe comprenderse que en 1920 Zacatecas continúa embebido por cánones católicos, incluso al interior del régimen, pues como gobernador y ferviente devoto, Aurelio Castañeda disuelve corporaciones afines al Partido Laborista Mexicano dentro del ayuntamiento para sustituirlos por personas con ideas pro eclesiásticas; así, el socialismo sólo encuentra eco en pocos círculos sociales, por ejemplo, entre el gremio periodístico.
El siguiente decenio comienza con una división palpable entre asociaciones políticas, algunos están a favor del clero; sin embargo, en su mayoría son filiales a los principios básicos revolucionarios. En el ámbito educativo únicamente los sectores acaudalados pueden acceder a la escuela y la enseñanza se convierte en un elemento mercantil, por lo cual se requiere una reforma que permita ingresar al grueso poblacional, una escolaridad controlada por el Estado y vigilante de instituciones privadas. Se desea ejercer un estricto control sobre la educación particular para ajustarla a decretos escolares oficiales, es decir, una formación socialista única. En ella es primordial derribar la pasividad y domesticación del alumno (Montes de Oca, 2008, p. 498).
En 1932 es electo como gobernador Matías Ramos, sobre lo educativo intenta instaurar una enseñanza laica e integral; así, empieza a funcionar la escuela nocturna para adultos, la cual ocupa un lugar dentro de la primaria Ignacio Zaragoza y trabajadores desde 13 a 30 años toman clases (Sosa, 1933a, p. 2). El surgimiento de una educación exclusiva para la clase trabajadora es muestra de que los ideales de aleccionar y desfanatizar a este sector comienzan a tomar fuerza en la entidad; a nivel nacional como se aprecia en la siguiente cita el escenario no es disímil: Esta pedagogía aspiraba a la formación de obreros calificados para que las masas proletariadas tuvieran una justa participación en el aprovechamiento de las riquezas que por derecho propio les correspondían (Solana: 1981, p. 276).
El interés en instruir de manera efectiva al proletariado tiene como objetivo dotar de conciencia clasista al obrero, esto con el fin de iniciar una lucha en contra de los preceptos religiosos opresores; en este tenor la educación será la herramienta necesaria para que el fanatismo devoto que impregna a la población en general, sea derrumbado. Dicho combate indica que el Estado busca la separación absoluta del poder que la Iglesia tiene en lo educativo. En este sentido, es acoplada la pieza de los fundamentos soviéticos, “trabajo”.
La nueva pedagogía se basa en el trabajo colectivo, la guía ideológica es la supeditación del interés individual al grupal hasta conseguir un contexto laboral productivo y socialmente beneficioso. Éste último se refiere a la investigación y crítica de fenómenos naturales y sociales, así como disposiciones que se toman en relación al cambio. Para ello es necesario formar infantes con un concepto de nación real y palpable, concepción que exige la transmutación del idealismo romántico de un terruño relatado en torno a la historia de actores míticos y que se enmarca en la conmemoración de un calendario cívico y un panteón de “hombres ilustres”. Se plantea que este tipo de educación sea sustituida por una cultura democrática en donde los estudiantes aprendan una forma de vida (Montes de Oca, 2008, p. 28).
No obstante, la historia de bronce descrita en los párrafos anteriores nunca ha sido suplantada por aquella trazada por la Escuela de los Annales, en donde la historia cotidiana y colectiva recobra un papel primordial. La continuación hasta el presente, de un estudio positivista invita a pensar en que la nueva educación socialista al tener a su vez personajes gloriosos, jamás se desprende del corporativismo, la demagogia y el totalitarismo, es decir, al final termina imitando a una formación oficialista de la cual intenta desprenderse.
En el territorio zacatecano los jóvenes estudiantes están en contacto con ideas actuales y los delegados asisten a la Convención Pro Lázaro Cárdenas realizada en Morelia. Se organizan a nivel local congresos estudiantiles que tratan temas en torno a la consolidación de la Federación Estudiantil Zacatecana y al Comité Pro Lázaro Cárdenas se adhiere la Liga de Comunidades Agrarias (Sosa, 1933b, p. 1). A inicios de agosto se convoca al primer congreso de historia llevado a cabo en Oaxaca, las principales temáticas son: Historia parlamentaria, económica, diplomática, militar e historia de los movimientos obrero-campesinos posrevolucionarias. (Sosa, 1933c, p. 1). Con ello es posible vislumbrar una formación dirigida a observar luchas sociales, como combates que recuperan la participación de grupos en la Revolución Mexicana, pues el partido presidencial basa su legitimidad sobre ésta.
Por su parte, los profesores deben conocer los novedosos compendios pedagógicos, ya que para su establecimiento progresivo ellos serán sus principales defensores. El oficial mayor de educación pública Rafael Molina Betancourt, en un informe dirigido al presidente señala que existen diversos obstáculos para instituir la nueva educación. Por ejemplo, Betancourt considera que en Aguascalientes se necesita depurar el magisterio federal de su filiación católica fanática que impide implantar el socialismo. Asimismo, subraya la importancia de ordenar ceses del resto del personal que terminantemente se pronuncia en contra del gobierno y de los principios revolucionarios (Mora, 1979, p. 135).
Zacatecas posee una agrupación magisterial activa e interesada en nuevos paradigmas; ejemplo de ello, se publican convenios acordados por La Confederación Mexicana de Maestros; entre los puntos más significativos se encuentra considerar un programa escolar que será instituido en todo el país y contendrá fundamentos filosóficos socialistas; también, menciona federalizar la instrucción, socialización educativa a nivel primaria, normalista y una reorganización completa de la instrucción agrícola e industrial. La Escuela Normal de Río Grande realiza una asamblea docente, sus objetivos: formar pedagogos encargados de dar cobertura nacional y educar indígenas (Sosa, 1933d, p. 1). En general, los artículos de 1933 presentan un contexto esperanzador donde lo rural impera y campesinos, obreros, así como docentes, reclaman a autoridades gubernamentales mejoras laborales. En dicho escenario la nueva enseñanza es panacea depuradora de vicios sociales e influencias clericales.
A pesar de esta “apertura” a nuevos ideales a los que se hace referencia en 1933, Zacatecas aún no está preparada para asumir postulados extranjeros que suenan “ateístas”. Muestra de dicha resistencia el disturbio registrado el 20 de septiembre de 1934, en un evento estudiantil celebrado en la plaza de toros de San Pedro. Cinco mil personas entre estudiantes, obreros y público acuden a él, sin embargo, al intentar ingresar a este sitio, militares agreden a los asistentes y un obrero de diecisiete años es asesinado. Según Núñez (1934), el obispo de la ciudad por temor a ser involucrado en tal incidente, sale a refugiarse en otro lugar. Lo anterior muestra un contexto turbulento donde las luchas entre Clero-Estado aún están presentes. (Núñez, 1934, p. 2).
El fanatismo religioso, aunado a agrupaciones antiprogresistas, sindicalistas, obreros y campesinos, son un elemento poderoso que frena la instauración de la educación nacionalista, pues estos colectivos no siempre comulgan con una enseñanza laica. Por otra parte, las imposiciones civiles hacen de los profesores sus principales víctimas; Tapia (2004) argumenta que en territorio zacatecano se registran algunos asesinatos y en otras zonas del país docentes son mutilados y maestras violadas. Dichas circunstancias permiten observar un ambiente violento entre grupos religiosos y aquellos que pugnan por establecer una instrucción popular.
En 1934 se modifica el artículo 3º constitucional, en él se excluye de la enseñanza toda doctrina religiosa, se combate el fanatismo y subordina a particulares al control del Estado. Desde sus inicios el socialismo es un vocablo polisémico, incluso el New York Times identifica 33 interpretaciones distintas. Por lo tanto, sus objetivos no quedan claros y provoca confusiones entre autoridades y maestros. En Zacatecas también se observa un tenor impreciso, debido a que algunos redactores de notas educativas relacionan este término con educar bajo métodos soviéticos y otros lo enlazan a formar la conciencia estudiantil para que participen emancipándose contra el capitalismo corporativo presente en las escasas compañías zacatecanas. Previamente a que la reforma educativa se ponga en marcha y que todavía es un murmullo, la lucha en los periódicos es muy abierta, ya sea a favor o en contra de ella. Las páginas y artículos de fondo son un espacio pequeño para dar lugar a disputas. Poco se habla de los contenidos de los métodos de la nueva escuela y la discusión más fuerte se da en torno al concepto socialista con el que se tilda a la reforma educativa (Montes de Oca, 2008, p. 2).
Una vez reformado el artículo 3º los periódicos consultados intensifican la temática sobre lineamientos educativos socialistas; según el diario El Nacional (1934), el domingo 28 de octubre en la capital del país se lleva a cabo una manifestación de apoyo a la reforma. Dicha manifestación es convocada por dirigentes del Partido Nacional Revolucionario (PNR). Los documentos de época señalan que desfilaron alrededor de 150,000 personas de diversas edades y que los asistentes llevaban consigo mantas en las que se plasman consignas a favor de la reforma educativa y algunos lemas claramente ofensivos hacia el clero mexicano: El clero debe ser aplastado sin miedo y combatido sin miramiento, porque él ha llenado de suciedad al mundo, El clero hace esclavos. La Escuela Socialista hace hombres libres (El Nacional, 1934, p. 3).
La cita anterior incita a pensar en una Ciudad de México, que comulga con novedosos postulados educativos y desea destituir al clero como principal promotor del aprendizaje. Igualmente, el número de participantes indica que, al contrario de los estados que conforman al país, el centro se distingue por estar en continua vanguardia. La capital por tanto es un semillero de la ideología socialista que puede ser percibido en los grupos conformados por artistas como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Frida Kahlo, entre otros.
De igual manera, el artículo 3º hace énfasis en formar niños y niñas útiles a sí mismos al fabricar sus propios juguetes y otros utensilios, ambos elaborados con materiales sencillos. A la par, se busca despertar sus conciencias de que habitan en un mundo lleno de biodiversidad con objeto de cultivar en ellos una cultura ecológica (Acosta, 1935, p. 1). Con ello se observa una compaginación del rubro “educación natural”, establecido en los tres criterios de instrucción.
Asimismo, se habla de la importancia que tiene el mobiliario e instrumentos dentro de su formación, ya que cuando el infante posee éstos en su ambiente, aprende a usarlos porque los adapta a su vida cotidiana. Los principios citados corresponden al método “globalizador” implantado en las escuelas primarias, plan de procedencia rusa que fracasa debido al exceso de trabajo que tienen los profesores:
Más para nuestra desventura, los programas elaborados por este organismo eran sólo una copia superficial de los complejos rusos, ya que no se había hecho otra cosa que agrupar los materiales comunes de los programas tradicionales en tres grandes rubros: naturaleza, trabajo y sociedad (Solana, 1981, p. 287).
El fracaso puede enlazarse además a la compaginación de axiomas educacionales extranjeros en un medio económico, social y político muy diferente al soviético. Por otro lado, el periódico llamado “Orientación”, publica semanalmente un apartado titulado “sección pedagógica”, ella retrata a la juventud mexicana exponiendo lo siguiente: viven en un pesimismo pues no son actores dentro del acontecer cotidiano, por tanto, se les exhorta a ser parte de la sociedad mexicana participando en luchas sociales. (Guzmán, 1935, p. 4). Referente a él puede especularse el requerimiento juvenil proactivo, formado bajo nuevos postulados pedagógicos que darán sustento a los principios revolucionarios, una finalidad más de la instrucción popular. Integrar a dicho colectivo es ejemplo del tercer lineamiento de la enseñanza soviética “lo social”. El cuidado personal es también un tema de interés nacional y regional, de esta manera, se realizan festivales deportivos:
Festival del día del deporte, durante la Semana de la higiene. El día del mes próximo pasado, con motivo de la Semana de Higiene y organizado brillantemente por los servicios sanitarios, tuvo lugar en el Instituto de Ciencias un festival deportivo (García, 1937, p 3).
Estas festividades llevan a cabo encuentros y competencias de natación. Por otra parte, edificios públicos son rehabilitados como reformatorios, se construye un predio con diez lavaderos públicos en Guadalupe y comienza una campaña de higiene. (Torres, 1936, p. 18). El énfasis en la cultura física y aseo son muestra de los propósitos que busca el gobierno “sanear a la ciudadanía”. A la par, se toman estas medidas porque aún en 1939 un 90% de hogares zacatecanos no cuentan con drenaje ni alcantarillado y la ciudad tiene problemas de abastecimiento de agua potable, esto permite percibir una población marginada y enferma.
La educación promueve además tareas para mejorar económicamente a las diferentes regiones, así, se crean “cooperativas”; en Zacatecas se publican con frecuencia convocatorias para integrarse a estas asociaciones. Según Flores (1996), tras conformar dichas sociedades hay un crecimiento económico, pero debido a malos manejos de recursos éstas se vuelven ineficientes. Los fundamentos socialistas también tienen por objetivo lograr una equidad de género; ésta, será alcanzada al educar niños y niñas en un ambiente áulico donde tendrán iguales oportunidades. Se puede especular que el planteamiento de infantes conviviendo en el mismo salón de clases, provoca rechazo hacia aspectos escolares socialistas, pues como ya se ha señalado con anterioridad, la sociedad moralizante ve con ojos mordaces esta coexistencia entre ambos sexos.
Respecto a la enseñanza universitaria, durante todo el sexenio cardenista es atacada continuamente, lo cual se debe a que desde intentos iniciales por compaginar al socialismo a la educación, tanto administrativos como grupos estudiantiles universitarios, se resisten a ella considerándola una acción en contra de la autonomía escolar. Periódicos zacatecanos están en sintonía con dichas críticas y publican continuos ataques hacia universidades llamándolas educadoras de seres inhumanos que lucran con su conocimiento para sacar los mayores provechos monetarios (Arellano, 1937, p. 4).
Los artículos divulgados por Excélsior contra la reforma escolar se expanden rápidamente. El 9 de febrero de 1935, en su sección editorial se plasma uno muy extenso titulado Educación y patria, en él se reprocha la concesión que el gobierno cardenista desea hacer de la enseñanza y el peligro que ello encierra para la paz nacional. Asimismo, un gran sector de la sociedad mexicana se muestra preocupado ante el progreso del movimiento obrero y sus frecuentes huelgas que, según algunos, es la vía para que los trabajadores tomen el poder. El mismo Cárdenas es etiquetado de comunista, al igual que su administración (Montes de Oca, 2008, p. 3).
1936 se señala como el año en que se da marcha atrás, tanto verbal como en la práctica dentro de los círculos oficiales en torno al campo educativo socialista. En Zacatecas también comienza un periodo neutral; los periódicos continúan abordando contenidos sobre higiene y deporte, pero ya no existe ese ambiente esperanzador frente a este tema. Al concluir el sexenio de Cárdenas hay un crecimiento dentro del rubro formativo, se crea el Instituto Politécnico Nacional, La Casa de España que transitará a El Colegio de México, las escuelas “Hijos del Ejército” y Fronterizas son fundadas, existe mayor presupuesto destinado a este ramo e institutos privados crecen proporcionalmente. Desarrollo que pareciera ser contradictorio a los ideales que se intentan establecer en lo académico, pues generalmente los colegios privados son de corte católico, sin embargo, ante una insuficiencia por parte del Estado para proveer educación a toda la población, se les da oportunidad a dichas instituciones de conformarse.
Durante 1930, Zacatecas vive en constante tensión debido a continuos conflictos campesinos-obreros enmarcados por huelgas y paros laborales, surgimiento de brotes rebeldes protagonizados por cristeros, como la “sublevación cedillista” que a pesar de acontecer en San Luis Potosí, influye sobre el contexto zacatecano. Al finalizar el decenio, la política educativa logra mejorar gracias al impulso otorgado por Matías Ramos, de esta forma, los profesores trabajan bajo mejores condiciones laborales, se federaliza la enseñanza y un 60% de estudiantes acuden a escuelas legisladas por gobierno federal. (Flores, 1996, p. 172).
A principios de 1936 son depuestos en el Estado de México dos mil maestros, bajo el pretexto de un reajuste que tiene como finalidad real suprimir de sus cargos a cuatrocientos profesores contrarios a la política despótica llevada a cabo por el gobierno de dicho estado. De igual manera, los maestros de Durango culpan al gobierno de Enrique Calderón de acosarlos por cumplir con el artículo tercero y el gobernador de Zacatecas encarcela a dirigentes huelguistas, para después obligarlos a barrer los paseos públicos (Mora, 1980, p. 250-251).
La prevalencia de constantes altercados, incita a pensar que cada zona de la república adapta a su contexto la educación y emplea sus propios medios para llevarla a cabo y en su mayoría predomina el rechazo hacia la reforma educativa. En Zacatecas, como se ha observado, prevalece el hermetismo; igualmente, cabe destacar que la Guerra Cristera es un acontecimiento que permanece fresco en la memoria colectiva y aún en la década de 1930 existen grupos adeptos y asociaciones de padres de familia afiliados a la Liga Nacional de Defensa de las Libertades Religiosas. También surgen alianzas de universitarios, núcleos sinarquistas, cristeros aún en armas, autoridades públicas, órganos patronales, hacendados, agricultores y gremios de artesanos dispuestos a luchar por sus convicciones.
En este escenario problemático los profesores tienen dificultades con dependencias locales y se enfrentan a los padres de familia, sacerdotes, terratenientes y autoridades, a causa de su anticlericalismo, abandono de clase o su compromiso a favor de la reforma agraria. Los maestros parecen haber entendido de dos maneras la práctica de la educación socialista: como lucha por la tierra y como disputa contra el fanatismo. Esta última idea los lleva a tomar una posición antirreligiosa. Lo mismo sucede en cuestión de la tierra; de esta forma los profesores se convierten en líderes campesinos, dejan de pensar que su tarea es enseñar a leer y escribir y convierten el reclamo de los explotados en su primordial labor (Mora, 1980, p. 152-153). Se argumenta que la trasformación de los docentes en dirigentes, se debe a la prevalencia de una ideología dejada por la Revolución Mexicana, ideología que es explotada en el colectivo nacional. Los profesores a su vez caen en un espiral de abusos como lo muestra la subsecuente cita:
Y los maestros, como individuos, llegaron a algunos excesos. Jesús Coello inspector de la zona escolar de Chihuahua, pidió a los profesores que borraran en los niños la idea de la existencia de Dios, mandando a los niños a buscarlo por todas partes para que al no encontrarlo se convencieran de su inexistencia. Otros maestros derribaron cruces quemaron santos y tomaron las alcaldías de las iglesias para mejorar las escuelas, e incluso subieron a los púlpitos para atacar la religión. No faltaron los maestros que utilizaron a los niños para sus actividades políticas. En Manzanillo los maestros obligaron a los alumnos a subir a un barco ruso para rendir homenaje a la bandera soviética al son de la Internacional (Mora, 1979, p. 156).
A medida en que llega a su final la administración de Lázaro Cárdenas, en igual proporción disminuyen las noticias sobre la educación socialista, no así las agresiones que siempre se hicieron hacia ella. Los conceptos “lucha de clases”, “clases sociales” y otras similares se escriben cada vez menos en los diarios. Ahora se redacta acerca de la necesidad de formar una conformidad entre todos los sectores nacionales, como se lee en las disertaciones de Ávila Camacho, subrayadas durante su gira electoral:
Manuel Ávila Camacho, aspirante del Partido de la Revolución Mexicana para ocupar la presidencia de la administración cardenista, desde su expedición electoral se ocupa en dejar claro que durante su gobierno profesará una política de alianza, no de segmentación como la que de alguna manera ha incitado Cárdenas. Se ejercerá una política de solidaridad y colaboración entre las secciones, y se dejará de hablar sobre clases sociales (Montes de Oca, p. 12).
La búsqueda de unidad nacional plasmada en el discurso del candidato a la presidencia, lleva a argüir que ésta surge a partir del escenario de convulsión que se vive a nivel nacional provocada por conflictos entre diversos grupos de poder ya descritos y por el ascenso de una naciente burguesía. A la par, el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, sacude a la sociedad mexicana y provoca que la educación socialista sea percibida como una formación que induce a la segmentación de clases. Por otra parte, es preciso señalar que bajo el mandato de Ávila Camacho nuevamente se reforma el artículo 3º constitucional, en la cual se aboga por la creación de un trabajador que se adapte al contexto de desarrollo económico. Esta renovación habla de la entrada de México a un concierto internacional en donde se empieza a dar apertura a la inversión de corte privado, es decir, al capitalismo.
Para cerrar, es importante señalar que la década de 1920 fue clave para poder configurar en el decenio siguiente una reforma educativa libre de influencias clericales, puesto que es esta época comienzan a ser asimilados y equiparados los estatutos soviéticos, herencia de la Revolución Rusa tanto ideológica como educativa. Así, obreros y campesinos comienza a ser conscientes de la explotación de la cual son víctimas, de esta manera conforman sindicatos que les dan fuerza organizativa. En este contexto, la educación es vista como un vehículo perfecto para consolidar ideales revolucionarios y transformar una realidad mexicana industrialmente poco desarrollada. Zacatecas también se adapta de manera temprana al tenor nacional, sin embargo, tanto la población como el poder político aún están influenciados por fundamentos religiosos y el ideal socialista no encuentra eco. No obstante, el siguiente decenio se da apertura a nuevos postulados populares.
Para 1936 el declive educativo socialista es latente, se puede hablar sobre la contribución de varios factores que favorecen en su desgaste; entre ellos el más poderoso es una vaga interpretación del socialismo, pues este vacío crea continuas confusiones desembocando en el planteamiento de objetivos poco claros. Otro elemento fundamental son los métodos educativos extranjeros implantados en una realidad mexicana rural muy distinta a los países soviéticos de donde son tomadas. Por su parte, los maestros también juegan un papel preponderante en la caída de la reforma, pues se olvidan de su labor como pilares primordiales en el establecimiento de este sistema educativo para convertirse en promotores de la lucha por una justa repartición de tierra.
A nivel local como nacional se plantea que el factor primordial que provoca su declive es la existencia de diversos grupos que conforman la sociedad proclerical de la época como: el poder gubernamental, colectivos de padres de familia y sacerdotes, entre otros, que no comulgan con una educación con aspecto de hereje y que se plantea como emancipadora y democrática. En conclusión, el Estado tiene seguimientos de las proposiciones educativos que se legislan desde el centro de la nación. Para finalizar, sólo resta decir que algunos lineamientos educativos socialistas pueden ser compaginados en la formación actual con objeto de mejorarla, por ejemplo, la cultura ecológica y deportiva, pues ambas sin duda ayudarían a formar seres preocupados por el medio ambiente y físicamente sanos.
Acosta, A. (13 de julio de 1935). Las actividades infantiles en la escuela. El Nacional Revolucionario, p. 1.
Arellano, A. (18 de junio de 1935). Las Universidades Autónomas, un problema de urgente y necesaria resolución. La Voz Popular, p. 4.
Flores, J., Vega M., Kunts, S., & Alizal, L. (1996). Breve historia de Zacatecas 1867-1940. México: FCE.
García, J. (14 de noviembre de 1937). Festival con motivo del día del deporte, durante la semana de higiene. Providencia, p. 3.
Guzmán, J. (20 de abril de 1935). Sección pedagógica. El Nacional Revolucionario, p. 4.
Lerner, V. (1999). Historia de la Revolución Mexicana 1934-1940: La educación socialista. México: COLMEX.
Montes de Oca, E. (agosto, 2008) La disputa por la educación socialista en México durante el gobierno cardenista. EDUCERE,12(42). 495-504.
Montes de Oca, E. (2005). ¿La prensa, informa o confunde? La reforma educativa de 1934 en México narrada a través de los periódicos de la época. La Colmena Revista de la Universidad Autónoma del Estado de México. Recuperado de http://lacolmena.uaem
ex.mx/index.php/lacolmena/article/view/3474
Mora, J. (1979). Los maestros y la práctica de la educación socialista. En Historia Mexicana. Ensayos sobre la historia de la educación en México. México: COLMEX.
Núñez, P. (20 de septiembre de 1934). Se impide a los estudiantes universitarios Manuel Pacheco y Benito Coquet desarrollen una conferencia sobre la educación socialista. SiZAC, p. 2.
Reapo, M. (1 de junio de 1924). Revancha Femenina. Alma Obrera, p. 4.
Solana, F., Cardiel, R., & Bolaños, R. (1981). Historia de la educación pública en México. México: SEP.
Sosa E. (2 de agosto de1933a). Escuela para adultos creada por el Ser Gobernador. Orientación Periódico Libre.
Sosa E. (10 de mayo de 1933b). Se creó en esta ciudad un comité pro Lázaro Cárdenas. Orientación Periódico Libre, p.
Sosa E. (5 agosto de 1933c). En noviembre será el primer congreso de historia. Orientación Periódico Libre.
Sosa E. (9 de junio de 1933d). Asamblea general de maestros en la Escuela Rural del Río Grande. Orientación Periódico Libre, p.
Tapia, C. (2004). La antirreligiosidad de la educación socialista. Maestro y católicos frente a la campaña de desfanatización. Colmenario. (40). Recuperado de http://www.uaeme
ex.mx/plin/colmena/Colmena42/Colmenario/Claudia.html
Torres, F. (18 de abril de 1936). Intensa obra social de higienización. El Nacional Revolucionario, p. 8.