El fin justifica los medios
La calidad de la educación bajo el enfoque de competencias para la vida
Sergio Aguilar Reveles1
María de Lourdes Salas Luévano2
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En la educación se ha
intensificado el binomio calidad-competencias, con un objetivo de elevar la
educación y por ende ampliar la curiosidad por el conocimiento, si bien, el
modelo neoliberal y empresarial han introducido las nuevas formas de hacer
docencia, en ello mismo radica la relevancia y pertinencia de considerar el humanismo
en las escuelas.
Desde las últimas décadas del siglo
pasado, se incrementó la polémica acerca de la calidad de la educación basada
en competencias para la vida, como consecuencia de los cambios ocurridos en los
ámbitos económico, político, social y cultural, fuertemente influidos por el
discurso occidentalizado3 de la globalización,
la que sostienen, dicta el camino a seguir en los escenarios nacional e
internacional.
En
efecto, con la globalización, es claro que se anteponen ideas y conceptos
empresariales en la educación, los cuales responden a los mandatos de los
organismos internacionales, para luego ser objeto de estudio de intelectuales
del proceso de progreso y humanización que propone el orden geopolítico, y
prioritariamente el de la acumulación de capital corporativo.
Los
tópicos aquí presentados, representan un esquema de visión y alcances. La situación
problemática, se refiere a la viabilidad y la justa aplicación en todos los
sectores poblacionales a los que se les ha hecho el llamado; en este caso, al
nivel básico -educación primaria-, los cuales debe concientizarse sobre el
significado que entraña el Siglo XXI, su peculiar dinámica y estilo de
comportamiento, por consiguiente: ¿de dónde surgen las recomendaciones
políticas hacia la educación con carácter de urgente?, ¿qué ideas rescatan los pensadores
críticos aplicadas al escenario de fondo, en un mundo donde se edifica la nueva
escuela?
Como
punto de partida, en este documento se construirán los párrafos de acuerdo a
una frase maquiavélica “el fin justifica
los medios”, rescatada de la obra “El
príncipe”.
En
este sentido, un concepto histórico que permite entender el significado de la
palabra competencia, es desarrollado por autores como Mulder, Weigel y Collins
(2007) -citados por Anijovich-, quienes afirman que:
El primer uso del concepto de
competencias, se encuentra en el trabajo de Platón. La raíz de la palabra es ikano, un derivado de iknoumai, que significa “llegar”. De igual forma, un equivalente
para competencia es ikanotis, cuyo
significado se refiere a la cualidad de ser ikanos “capaz”, tener la habilidad de
conseguir algo, destreza. Aunque de acuerdo a estos autores en el código de
Hammurabi (1792 -1759 a. de C.) ya aparece un concepto comparable. Así mismo,
en el Epilogue, texto traducido al
francés, se puede leer: “Telles son les
decisions de justice que Hammurabi, le roi competent, a etablies pour enganger
le pays conformement a la verite et al ordre equitable” -Estas son las decisiones justas que
Hammurabi, el rey competente, ha establecido para encuadrar al país conforme a
la verdad y al orden equitativo-.
En latín competens significa quien es capaz de hacer algo, y considera además que la actividad que
realiza está enmarcada en la ley o la regulación; asimismo la palabra competentia, se entiende como la
capacidad y la posibilidad para realizarla de acuerdo al marco normativo.
Luego, en el Siglo XVI, el concepto era ya reconocido en idiomas tales como los
anglosajones, francófonos y el holandés; en esta misma época el uso de las
palabras competence y competicy en la Europa Occidental, ya se
asentaban en la cultura de esa sociedad. (Anijovich, 2010, p. 180).
En
la actualidad el término calidad, se
ha convertido en un concepto totalmente escurridizo, que se aplica no sólo a
las cuestiones económico-administrativas, sino también a las políticas
públicas, incluidas las educativas. En este sentido, la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), define el
concepto de calidad a partir de cinco principios y/o dimensiones:
Social (equidad): dar lo que necesita cada quien
Pedagógica (eficacia): efectos de acciones.
Económica (eficiencia): recursos empleados y resultados obtenidos.
Cultural (pertinencia): conveniente y adecuada.
Filosófica (relevancia): importancia.
Con
base a los principios anteriores, erigidos en la gobernanza de la globalización,4 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE, 2009),5 tiene como propósito;
analizar y emitir informes sobre las directrices que apoyen el crecimiento
socioeconómico de los países miembros, en donde la cuestión educativa
constituye un punto importante de discusión y análisis. Para el caso de México,
se firma el Acuerdo para Mejorar la
Calidad de la Educación, con el cual
se hace frente a los desafíos educativos contemporáneos
Bajo
este contexto, una de las recomendaciones emitidas por el Consejo Asesor de la OCDE, establece implementar la prueba Evaluación para el Logro Académico en los
Centros Escolares (ENLACE) a partir del año 2006 en educación primaria
abarcando desde el tercer hasta el sexto grado.
En
referencia a lo anterior, el Banco Mundial (BM), cuya participación se extiende
en 184 países -invirtiendo en proyectos, vendiendo monitoreo, consultoría,
asesoría y evaluación-, para el caso de México, de la tercera parte de los
programas financiados, el 30.57 % son enfocados al nivel básico. Introduce
además, la educación basada en competencia con base a criterios y conceptos de
mercado, tales como; excelencia, eficiencia, competitividad, etc.
Dentro de los programas activos
financiados por el Banco Mundial se puede hacer alusión a:
-El
programa para abatir el rezago en educación inicial y básica (fase III)6 con 300 millones de dólares anuales.
-El
apoyo al proyecto de escuelas de calidad (PEC) con 240 millones de dólares
anuales, ambos con cobertura nacional. (Alaníz, 2009, p. 9.)
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI), colabora con el BM, en proyectos como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), emitidos por la UNESCO desde el año 2000, y evaluados cada cinco años, hasta llegar al 2015.
Los ODM son metas y acuerdos tomados por la
comunidad internacional para reducir la pobreza de la población a la mitad y
mejorar la situación de los grupos más desfavorecidos del mundo. Dentro de los
ODM se incluye el ODM2, referido a Educación Universal, en el que se acuerda
que los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de
enseñanza primaria, y porque las niñas y
los niños tengan igual acceso a todos los niveles de la enseñanza, propuesta;
con la que se pretende salvaguardar el derecho a la educación de los infantes.
El FMI contribuye a este esfuerzo ofreciendo a los países asesoramiento,
asistencia técnica y crédito. (FMI, 2012, p.1.)
En
respuesta a estas consideraciones, México en el año 2006,7 formula la Reforma Integral para la Educación Básica
(RIEB), que sustenta entre otras: la implementación de la evaluación universal,
la incorporación y promoción de la
carrera magisterial, el diseño -aún optativo- de los programas “escuela siempre abierta” -trabaja
mediante talleres, durante el receso escolar-, y “escuelas de tiempo completo”-trabaja en horario extraescolar-.
La
RIEB, encuentra su fundamento legal en documentos como el Plan Nacional de
Desarrollo 2007-2012, y el Programa Sectorial de Educación 2007-2012:
La transformación educativa
que se plantea el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, y los objetivos
señalados en el Programa Sectorial de Educación 2007-2012 (Prosedu), son el
marco que da rumbo y sentido a las acciones de política educativa que se
impulsan en el México de hoy y el de las próximas décadas. Con base en el
Artículo 3º Constitucional y en apego a las atribuciones que le otorga la Ley
General de Educación, la Secretaría de Educación Pública propuso como uno de
los objetivos fundamentales del Prosedu: “elevar la calidad de la educación
para que los estudiantes mejoren su nivel de logro educativo, cuenten con
medios para tener acceso a un mayor bienestar y contribuyan al desarrollo
nacional. (SEP, 2011, p. 11.)
Lo
anterior planteado, conlleva al análisis de la situación que guarda la
educación básica y hacia donde se dirigen las competencias para la vida y el
trabajo. En este sentido, resulta oportuno estudiar las visiones de autores
como Castells y Morín, quienes se han
preocupado por investigar el interesante, pero sinuoso campo de los fines de la
educación en el siglo de los cambios vertiginosos.
Así,
Castells plantea la teoría del poder, en
su libro La comunicación y el poder; donde une la función del Estado con las Tecnologías de la Información y
la Comunicación (TIC), es decir, aborda cómo la economía de la información ha
acelerado los procesos de enajenar a las masas, a través de dispositivos
electrónicos, como el teléfono celular, televisión, internet y radio (por orden
de consumo), en beneficio de los partidos políticos, y/o de las empresas
nacionales y transnacionales, con el fin de incrementar la productividad y la
competitividad para la acumulación y la gestión del capital, pero todo a la expectativa
de las clases sociales más desprotegidas de la periferia.
Lo
antes descrito, se ajusta al concepto de asimetría,
así lo refiere Castells en el planteamiento siguiente:
en efecto, observamos la liberación paralela de las formidables fuerzas
productivas de la revolución informacional y la consolidación de los agujeros
negros de miseria humana en la economía global. (Castells, 2008, p. 29.)
Es
decir, con las nuevas tecnologías se materializa una innovación en la
producción, comunicación y hasta en el modus vivendi de la sociedad,
representando un boom para el campo empresarial y las instituciones que sirven
al Estado; no es esto fruto de la coincidencia el orientar las competencias
para una calidad certificada y totalizadora, sino el trato que se les da a las
masas para que garanticen su subsistencia.
En resumen, una serie de
reformas, tanto en las instituciones como en la gestión de empresas son
encaminadas a conseguir cuatro metas principales: profundizar en la lógica
capitalista de búsqueda de beneficios en las relaciones capital-trabajo;
intensificar la productividad del trabajo y el capital; globalizar la
producción, circulación y mercados, aprovechando la oportunidad de condiciones
más ventajosas para obtener beneficios en todas partes; y conseguir el apoyo
estatal para el aumento de la productividad y competitividad de las economías
nacionales, a menudo en detrimento de la protección social y el interés
público. La innovación tecnológica y el cambio organizativo, centrados en la
flexibilidad y la adaptabilidad, fueron absolutamente cruciales para determinar
la velocidad y la eficacia de la perestroika8 capitalista. (Castells, 2008, p. 48.)
El
territorio de los invisibles, el de los proclamados ciudadanos del mundo, de la
aldea global y de la tribu planetaria de McLuhan, deben ser arquitectos de su
existencia en lo fundamental, coincidiendo con el argumento de Castells:
La línea divisoria entre
exclusión social y supervivencia diaria cada vez resulta más borrosa para un
número creciente de personas en todas las sociedades…los individuos que no
pueden mantener la actualización constante de su cualificación y se quedan
atrás en la carrera competitiva, se convierten en candidatos a la expulsión de
esa "clase media" menguante que constituyó la fortaleza de las
sociedades capitalistas durante la era industrial. Así los procesos de
exclusión social no sólo afectan a los "miserables", sino a
aquellos individuos y categorías sociales que construyen sus vidas en una lucha
constante para evitar caer a un submundo estigmatizado de trabajador degradado
y personas socialmente disminuidas. (Castells, 2009, p. 415.)
Ante
tales circunstancias, se encuentra también la noción filosófica y educativa
centrada en el ser humano (humanismo).
En este tenor, Edgar Morín, adquiere la encomienda por parte de la UNESCO para
discernir sobre la educación universal con sentido futuro, es decir; una
educación para salvaguardar las generaciones venideras, las cuales tendrán el reto
de sostener a la humanidad y el mundo que les ha sido heredado.
Así,
Morín en su obra Los siete saberes
necesarios para la educación del futuro, -la que si bien, no pretende encajonarse como asignatura en las
escuelas-, influyó en definitiva, en los
principios pedagógicos de la fundamentación epistemológica de los planes y
programas de estudio 2011, para el nivel primaria. Plantea en su documento, que
la educación actual enfrenta grandes obstáculos que le impiden avanzar, los que
a pesar de los esfuerzos que se hacen para alcanzar una mejor educación, no
prosperan.
En
el capítulo las cegueras del
conocimiento: error e ilusión, Morín sostiene que la educación debe mostrar
que no hay conocimiento que no esté, en algún grado amenazado por el error y
por la ilusión.9
De
esta manera, la complejidad científica radica en enfrentar la doctrina
dogmática y la ideología corrupta, pues según el autor han hecho mella en la
conciencia de la raza humana, provocando barbarie y destrucción en el pasado
Siglo XX,10 anteponiendo el escepticismo por fundamentos racionales.
una doctrina que obedece a un
modelo mecanicista y determinista para considerar el mundo no es racional, sino
racionalizadora…la racionalidad constructivista, sabe que la mente humana no
podría ser omnisciente…reconociendo entre ellos el mito de nuestra razón
todopoderosa y el progreso garantizado. (Morín, 2001, pp. 24- 25.)
De
hecho, el autor reconoce que la civilización occidental ha cometido errores de
gran magnitud, los cuales aún continúan teniendo presencia sobre las ideas y el
poder. Por ende, el ser humano siempre ha buscado depender del mito, como es el
caso de la calidad como ideología,11 posicionada en los
estándares más altos y como aspecto dogmático, a manera de ser irrefutable,
conforme a la afirmación siguiente:
…las sociedades domestican a
los individuos con los mitos y las ideas, los cuales a su vez, domestican a las
sociedades los individuos, pero los individuos podrían recíprocamente
domesticar sus ideas al tiempo que podrían controlar la sociedad que los
controla. (Morín, 2001, p. 29.)
A
final de cuentas, lo que persigue el ser mortal en comparación con las élites
inmortales, es una dignificación y reivindicación del sí mismo.
Luego,
en el capítulo que Morín denomina Los
principios de un conocimiento pertinente, el autor nos remite a
conceptualizaciones como la era
planetaria y lo complejo, insiste en la reformulación del pensamiento, el
cambio de actitud mediante la razón.
Señala
que el contexto es el propio mundo y más que ello, la relación del todo con sus
partes. Es decir, Morín sostiene, que se debe desarrollar la inteligencia
general para resolver los problemas usando el conocimiento de una manera
multidimensional, pero tomando en cuenta la complejidad, el contexto, y una
percepción global. Hace uso de la multidisciplinariedad, las especializaciones
han sido separadas de la integralidad, por ende, es tiempo de volverlas a
reunir para destacar un conocimiento más profundo, con la cosmovisión que
posiciona en una justa dimensión al hombre.
En
cuanto al apartado enseñar la condición
humana, se traduce en las competencias mínimas que debe desarrollar un ser
universal, después de todo, en la civilización fue fundada en el margen de la
humanización, del proceso ineluctible de la hominización. La cultura es también
ADN,12 génesis de raza humana, la cual debe acceder a niveles
superiores mediante la triangulación del bucle individuo-sociedad-especie,
comprender la esencia de la evolución en comunidad. Comenta que el destino
individual y el social están entrelazados, son inseparables, y tienen una
condición como ciudadanos de la tierra.
En apoyo a lo anterior, entra la
necesidad de enseñar la identidad
terrenal. De manera extraordinaria, hace
una síntesis de la historia de la humanidad, la cual a pesar de la diáspora
humana, y de existir diferentes razas, estas, disponen de los mismos caracteres
aunque también, se genera la diversidad en la misma humanidad. Así, señala:
las ciencias contemporáneas nos enseñan que
estaríamos a unos quince mil millones de años después de una catástrofe
inefable a partir de la cual se creó el cosmos, tal vez unos cinco millones de
años después de que hubiera comenzado la aventura de la hominización, la cual
nos habría diferenciado de los antropoides, cien mil años desde el surgimiento
del homo sapiens, diez mil años desde el nacimiento de las civilizaciones
históricas y entraríamos a los inicios del tercer milenio de la llamada era
cristiana. (Morín, 2001, p. 62.)
Relata
la primera fase de colonización acaecida en el Siglo XVI, así como las dos
guerras mundiales sucedidas en el Siglo XX, las crisis económicas, y de la
época contemporánea, sostiene que se sufren las consecuencias del mercado que
aprovecha el consumismo desorbitado de una vida que se anhela y que encuentra
su base en la publicidad comercial.
Morín
concluye que los seres humanos del hoy, se ven afectados por los mismos
problemas de vida y de muerte, pues tienen algo en común; comparten un mismo
destino por el simple hecho de compartir el mundo terrenal.
Del mismo modo, amplia el trabajo conceptual del antagonismo mediante la noción de disparidad, como: laicismo y religión, naciones con economía de la información y tradicionalistas conservadoras, multibillonarios y pobreza extrema, etc., a lo que agrega:
hemos visto que el desarrollo industrial
podía causar estragos culturales y poluciones mortíferas; hemos visto que la
civilización del bienestar podía producir al mismo tiempo malestar. (Morín, 2001,
p. 67.)
Por
su parte, la sociedad nacional no está lejos de ser pasiva, dependiente y
subdesarrollada, por consecuencia, resta demasiado por avanzar educativamente.
De
igual importancia, se precisa en el aporte enfrentar
las incertidumbres. Así, en lo
que concierne a este saber, el autor sugiere enfatizar los procesos complejos
de lo incierto, al fin, romper con lo cíclico, con el destino humano
considerado irremediable; la evolución es organizadora mientras desorganiza, el
devenir del que surge un sistema, sufre su metamorfosis durante el propio
proceso, en efecto, las generaciones han derrochado parte de su historia,
desechando buenas ideas debido a la ignorancia y la inteligencia, a la civilización y la barbarie,
con las que la sociedad se sortea cotidianamente, a veces sin reconocer la
verdadera identidad de la denominada era
planetaria.
Lo
anterior, evoca a Galileo con su frase célebre “y sin embargo se mueve”, aunque resultaría insuficiente
conformarse con dejarse llevar por la
corriente, así que en la actualidad, lo que Morín proclama es por consiguiente
encausarse:
en la aventura incierta de la
humanidad…donde todo está ligado. Es por eso que la educación del futuro debe
volver sobre las incertidumbres ligadas al conocimiento. (Morín, 2001, p.p.
41-42.)
Es
factible conocer el realismo, pero el que se encuentra fuera de la idea de
realidad, es decir, ser compatible con la complejidad, ir más allá de lo
legible y también lo invisible, hasta posibilitar la dirección de la
fluctuación del conocimiento.
Ahora
bien, cabe señalar:
no existe la posibilidad de
plantear un algoritmo de optimización en los problemas humanos: la búsqueda de
la optimización sobrepasa cualquier capacidad de búsqueda disponible, y
finalmente se vuelve no óptima, incluso pésima, la búsqueda de un optimum. Se
nos lleva a una nueva incertidumbre entre la búsqueda del mayor bien y la del
menor mal. (Morín, 2001, p. 43.)
Con
ello se fomenta la acción, la que elige y decide, pero conlleva un riesgo e
incertidumbre implícitos, por ende, la calidad es humanista, política y
empresarial, pero en el intento intensivo de conseguir la mejora total, es
factible considerar las condicionantes de hacer docencia.
A
medida que se avanza en el discurso de la calidad total, se adentra en el
laberinto de la interrogante sobre que sería lo que se descubriría en el fin
mismo.
El principio de incertidumbre
del fin y de los medios. Como los medios y los fines inter-retro-actúan los
unos con los otros, es casi inevitable que medios innobles al servicio de fines
nobles los alteren y terminen por sustituirlos. Los medios dominantes empleados
para un fin liberador pueden no solamente contaminar este fin, sino también
auto-finalizarse. (Morín, 2000, p. 44.)
Además,
no únicamente se tiene que ser una acción nefasta o utópica,13 sino un estilo y ritmo de emprender un proyecto de vida
que tiene que aventurarse hacia lo incierto, se acepta en gran medida como un
motor necesario; puede poseer varias aristas, el actor que pretende iniciar el
mencionado proceso, debe contemplar que este último, se revierta en determinado
momento contra su autor, pudiendo percibir las consecuencias insospechadas.
A
sabiendas, sobre todo, aún mejor la perseverancia en la fe ética, la acción
transformada en estrategia (actividad metódica), la examinación profunda de los
escenarios, que si bien existen a conformidad, pueden ser perfectibles, nueva e
insistentemente, el aprendizaje dialógico entre fines y medios, aludiendo a la
prudencia y a la certeza:
¿hasta dónde?...no hay
respuesta general para esta pregunta, es más, hay un riesgo que puede ser el de
la intransigencia que conduce a la derrota o el de la transigencia que conduce
a la abdicación. Es en la estrategia que siempre se plantea, de manera singular
en función del contexto y en virtud de su propio desarrollo. (Morín, 2001, p.
45.)
Donde
los medios de comunicación han triunfado y extendido en la era planetaria,
aparece enseñar la comprensión; precisamente
sobre ello versa, el antagonismo de la incomprensión, la brecha de internet ha
hecho mella en las relaciones sociales, por este motivo es necesario educar con sentido de futuro desde el ahora. La comprensión no puede digitarse, de
igual manera, Morín se refiere al entendimiento objetivo y subjetivo entre
culturas, debido al término, aldea
planetaria planteado por Mc Luhan en la década de los sesentas, entonces
Morín señala:
la comprensión es a la vez
medio y fin de la comunicación humana. El planeta necesita comprensiones mutuas
en todos los sentidos. Dada la importancia de la educación en la comprensión a
todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la
comprensión necesita una reforma planetaria de las mentalidades; esa debe ser
la labor de la educación del futuro. (Morín, 2001, p. 53.)
En
sí, la cosmovisión del ciudadano del mundo contemporáneo, debe ceñirse a las transformaciones ineludibles, creando así una
nueva cultura democrática, es decir, enfocar los esfuerzos para impulsar un
cambio de pensamiento encauzado a enseñar, a comprender y a tolerar.
Para
finalizar el presente análisis, se enuncia la premisa la ética del género humano, donde pretende encallar en la
inteligibilidad de la razón de ser del ser humano como: individuo-sociedad-especie, de donde emerja la conciencia renovada
como un pacto social y reivindicación de las generaciones; asumir el destino
humano en el sentido de arquitectura con el fin de la calidad de vida. Es
prioritario ampliarse con la siguiente
aseveración.
las sociedades autoritarias o
totalitarias colonizan los individuos que no son más que súbditos; en la
democracia el individuo es ciudadano, persona jurídica y responsable que, por
un lado, expresa sus deseos e intereses y, por el otro, es responsable y
solidario con su ciudad. (Morín, 2001, p. 55.)
Igualmente,
la sociedad debe poseer tendencias hacia la contextualización y globalización,
ya que la tierra es también patria, una
que debe ser conformada por el civismo humanizado; con las reflexiones aquí
propuestas se asume la incertidumbre y la complejidad de la trama social en la
que la escuela emprende una educación de calidad basada en competencias para la
vida.
De usted corresponde discernir el
fin del medio.
Notas
1. Doctorando del Programa de Doctorado en Ciencias
Humanísticas y Educativas, que se imparte en la Unidad Académica de Estudios de
las Humanidades y las Artes, de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
2. Docente-investigador del Programa de Doctorado en
Ciencias Humanísticas y Educativas. Unidad Académica de Estudios de las
Humanidades y las Artes, de la Universidad Autónoma de Zacatecas y de la
Maestría en Investigaciones Humanísticas y Educativas de la Unidad Académica de
Docencia Superior de la UAZ.
3. El cual está compuesto por conocimiento y lenguaje.
4. La generación actual es la síntesis de la historia
reciente y el ADN de la cultura pop de la globalización, que les ha sido
encomendada.
5. A la cual
pertenecen Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Corea,
Dinamarca, Eslovenia, España, Estados Unidos de América, Finlandia, Francia,
Grecia, Hungría, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Japón, Luxemburgo, México,
Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República
Checa, República Eslovaca, Suecia, Suiza y Turquía (OCDE, 2010).
6. En Zacatecas
denominado, Coordinación Estatal de Acciones para a Equidad Educativa (CEAEE).
7. Contempla también, la reforma en materia de derechohabiencia
con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del
Estado (ISSSTE), estipulando la edad mínima para el retiro de 65 años.
8. Perestroika en idioma ruso, significa: reestructuración, aunque en términos
generales se relaciona a la caída del comunismo soviético acaecido en el año
1994.
9. Sugiere ampliamente la investigación científica versus la
memorística, es decir, darle funcionalidad al 2% del potencial del cerebro,
porque de acuerdo a la neurociencia, es el máximo en un rango normal del
proceso de cerebralización alcanzado por la especie humana (la masa cerebral es
de 1200 a 1500 cm3).
10. Considerado en la literatura como “la noche de los
tiempos”.
11. El idealismo como una toma de posesión de lo real por la
idea.
12. La cultura está constituida por el conjunto de los
saberes, saber-hacer, reglas, normas, interdicciones, estrategias, creencias,
ideas, valores, mitos, que se transmiten de generación en generación, se
reproduce en cada individuo, controla la existencia de la sociedad y mantiene
la complejidad psicológica y social (Morín, 2001, p 54).
13.
En términos etimológicos significa: no-lugar.
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